El pontífice agradeció de “corazón” la correspondencia remitida por las presas argentinas en diciembre, en las que "manifiestan tanto esperanza como dolores, temores e interrogantes".
“Jesús nos invita a dejar la lógica simplista de dividir entre buenos y malos para ingresar en otra dinámica, capaz de asumir la fragilidad, nuestros límites y pecados, y así poder salir adelante. Y podemos hacerlo porque la misericordia del Señor nos abraza a todos”, escribió el Papa.
Francisco les recordó: “Muchas de ustedes son madres y, en sus cartas, piden por sus hijos. Saben lo que es gestar la vida. Hoy tienen el desafío de gestar el futuro y tienen la capacidad de hacerlo, aún cuando deban luchar contra tantos determinismos”.
“No se dejen cosificar, no son un número, son personas que gestan esperanza porque quieren parir esperanza”, les pidió, y subrayó: “Ustedes están privadas de su libertad, no de su dignidad ni de su esperanza”.
“La cárcel no puede ser reducida a un castigo, la sociedad tiene la obligación de procurar su reinserción, no su descarte. La reinserción comienza creando un sistema que podríamos llamar de salud social, es decir, una sociedad que procure que no se enfermen las relaciones en el barrio, en las escuelas, en las plazas, en las calles, en los hogares, en todo ámbito de la vida en común. Y, sobre todo, una sociedad sin excluidos ni marginados”, sostuvo.
Texto de la carta
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