Mons. Mestre: “Ser felices en el Señor, la raíz del sentido de la vida”
“Detengámonos en este Cristo orante que de forma solemne toma contacto con tres ‘círculos’ de personas: la multitud, dentro de ella sus discípulos, dentro de los discípulos sus apóstoles”, dijo antes de desarrollar los tres puntos
Llamados y ‘elegidos’
Monseñor Mestre comenzó recordando la elección de Jesús sobre sus doce apóstoles e invitó a la comunidad a “sentirse profundamente identificada”: “Soy y somos los elegidos del Señor. No somos frutos del azar, no somos un gran conjunto de células, no somos tampoco fruto de los avatares de nuestra buena o mala historia de vida personal y familiar. Dios nos pensó, nos llamó a la vida y a la existencia y nos eligió y elije de manera particular”, aseguró el obispo.
“Redescubrir esto en clave espiritual en el camino de la vida nos debe liberar de toda sensación de despersonalización, indiferencia o masificación, tan presente en algunos espacios de nuestra cultura contemporánea. Dios nos elige asumiendo, respetando y purificando nuestra propia historia”, completó monseñor Mestre.
‘Felices’ en el Señor
En el segundo punto, el obispo marplatense retomó el “núcleo de las bienaventuranzas”, donde está el llamado a la santidad, lo cual “consiste en ser felices, poniendo nuestra confianza en Dios”, indicó. Es que la felicidad, continuó diciendo, “es más que un estado de ánimo, es más que algarabía o diversión, es más que expresión exterior. Ser felices en el Señor significa encontrar en Él la raíz profunda del sentido de nuestra vida”, aseguró el prelado.
La misma raíz que “da sentido a todas las felicidades humanas e históricas que Dios y la vida nos regalan”, es también la felicidad en la que “podremos purificar, transformar y dar sentido a los dolores y sufrimientos que son parte inexorable de la vida”, agregó.
¡’Ay’ de ustedes!
Las bienaventuranzas de Lucas, a diferencia de las de Mateo, concluyen con cuatro “Ay”, que en el trasfondo oriental antiguo y en el marco bíblico era una expresión usada en los ritos fúnebres: denota un sentido de tristeza y muerte. “Es la situación de los ricos y satisfechos que no ponen en Dios su confianza y no han sido capaces de mirar en su entorno para socorrer al hermano pobre y necesitado”, sostuvo monseñor Mestre. “Ay de ustedes dice el Señor a los que, cerrados en sí mismos, no se abren al misterio de Dios y de los hermanos, los que viven en una constante autorreferencialidad como nos recuerda tantas veces el papa Francisco. Los que viven en esta situación, aunque rían y sean elogiados por el mundo, están muertos en vida”, explicó al concluir el obispo de Mar del Plata.+
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