En Sañogasta, monseñor Colombo celebró la misa de acción de gracias por el beato Wenceslao Pedernera

En Sañogasta, monseñor Colombo celebró la misa de acción de gracias por el beato Wenceslao Pedernera

Sañogasta (La Rioja) (AICA): “Aquí Wenceslao con su esposa y sus hijas, vivieron un tiempo, trabajaron y fueron parte de la familia diocesana”, expresó monseñor Marcelo Colombo, arzobispo de Mendoza y anterior obispo de La Rioja, al presidir en la parroquia Sagrado Corazón de Jesús de Sañogasta, la misa de acción de gracias por la beatificación del laico Wenceslao Pedernera.
En presencia de una gran multitud de fieles, monseñor Marcelo Colombo, arzobispo de Mendoza y anterior obispo de La Rioja, presidió en la parroquia Sagrado Corazón de Jesús de Sañogasta, una misa de acción de gracias por la beatificación de los nuevo cuatro mártires riojanos, especialmente por el laico Wenceslao Pedernera, en el lugar de su martirio.

El obispo de La Rioja, monseñor Dante Braida, lo acompañó concelebrando junto con otros sacerdotes diocesanos y peregrinos. La familia del nuevo beato Wenceslao Pedernera, presenció la celebración: su esposa Martha Cornejo, y sus tres hijas, María Rosa, Susana y Estela.

En su homilía, monseñor Colombo, dio gracias por el intenso trabajo preparatorio de los días previos: se prepararon talleres, encuentro, charlas, libros, materiales y demás actividades que “nos preparaban el corazón para esta a mañana y nos predisponían a hacer una memoria agradecida a Dios por la vida de nuestros cuatro hermanos: Enrique, Carlos, Gabriel y Wenceslao”, expresó al comenzar.

“Se trata de una mirada agradecida por sus vidas, una decisión, y un compromiso de seguir sosteniendo con toda la vigencia de su frescura de su mística, esa propuesta que ellos nos hicieron con la entrega de su sangre. Pero también con la pertenencia a un proyecto pastoral nutrido del Evangelio, y de todo ese intenso movimiento que fue el Concilio Vaticano II”.

Haciendo referencia a la familia del laico beato, el arzobispo de Mendoza indicó: “Aquí Wenceslao con su esposa y sus hijas, vivieron un tiempo, trabajaron y fueron parte de la familia diocesana, trabajaron en esta casa a la vez de compartir sueños y proyectos pastorales con sacerdotes y colaboradores. Cada gesto, cada signo, estuvo lleno de sentido y se nos llenó el corazón de alegría, de esperanza para el mundo, para la iglesia”.

Luego definió en tres conceptos el trabajo que realizó el beato Pedernera: fe, trabajo y solidaridad. Sobre la fe, recordó la conversión de Wenceslao, y el relato de su esposa: “Ciertamente, a través de Coca, una puertita se le abrió para vivir la fe. Esa práctica, esa pertenencia con la comunidad, llegaría de la mano de Coca, de las cooperativas, del movimiento rural diocesano, del padre Plaza que predicó allí en Gargantin esa novena que fue el ingreso a la vida de fe”, recordó.

“La fe de este hombre, después le llevo a vivir la entrega de su sangre. Pero mientras tanto, la fe lo animó a leer de un modo nuevo esos desafíos de los pobres, aquellos desafíos de las dificultades, desigualdades, las exclusiones, ponen a la dignidad de nuestra gente”.

En segundo lugar, habló del trabajo: “Un esposo, padre de familia, vecino, pero muy definido en su historia de vida esto de trabajar, de buscar el pan con dignidad”. “De más está decir lo que significa para nosotros el Evangelio de trabajo proclamado con la vida de Wenceslao: hay anécdotas acerca del modo, el entusiasmo, la persistencia, la tenacidad, aun en medio de las dificultades, asegurar el fruto de un trabajo y un esfuerzo que lo llevara a una felicidad plena”, manifestó monseñor Colombo.

Acerca de la solidaridad, el arzobispo evocó la lucha “por trabajar junto a los otros, como diría monseñor Angelelli ‘para repechar juntos’, lo cual lo llevó a participar de distintas instancias sindicales, animados por el sueño cooperativo cristiano donde todos trabajan, donde todos ponen su esfuerzo”. “Cuantas veces escuchamos decir que él no se llevaba ni un peso más que sus compañeros, estaba muy urgido por dar el ejemplo con la honestidad y la solidaridad”.

Antes de concluir, monseñor Colombo dijo a la comunidad presente: “Estamos aquí para dar gracias a Dios por esa vida, que no es un relato, que no es una construcción, que es una persona de carne y hueso, que junto a su familia, quiso unirse al sueño de Jesús, al sueño de la Iglesia de La Rioja y aquí nos dejó el testimonio de su sangre”.

Finalmente, el arzobispo de Mendoza dio gracias por la familia Pedernera, su esposa e hijas, “porque ella tienen que ver con este Wenceslao que hoy evocamos. Ellas son parte, son vida, que a nosotros hoy nos trae para alegrarnos, festejar, para comprometernos con la vida, con la transformación de la historia, con el cambio de una sociedad”, concluyó.+

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