Mons. D'Annibale llamó a no desanimarse ante los que no creen

Mons. D'Annibale llamó a no desanimarse ante los que no creen

San Martín (Buenos Aires) (AICA): En el segundo domingo de Pascua, el obispo de San Martín, monseñor Miguel Ángel D’Annibale, reflexionó sobre el relato evangélico del encuentro de Jesús con Tomás. “Nunca nos desanimemos frente al que nos dice que no cree. Siempre mostrémosle el camino, siempre invitémoslo a la fiesta, siempre invitemos a compartir con nosotros, porque el Resucitado siempre se va a manifestar”
Como cada semana, el obispo de San Martín, monseñor Miguel Ángel D’Annibale, compartió con los fieles sus reflexiones sobre el Evangelio. En esta oportunidad, se refirió al relato del encuentro de Jesús con Tomás, “el cabeza dura, el que ‘si no lo veo no lo creo, y por qué vas a la iglesia, y por qué llevás esa cruz, y por qué vas a misa los domingos, y todavía seguís creyendo en esas cosas’”, comparó, asegurando que el Evangelio “relata las cosas que pasan todos los días en nuestra vida”.

“Tomás refleja a tantos, quizás a nosotros mismos también en algún momento de nuestras vidas” señaló, y dirigiéndose a la escena misma, explicó: “Este Evangelio relata lo que pasa el mismo día de la Resurrección y lo que pasa ocho días después, por eso siempre se relata este día, porque estamos a ocho días de la Pascua”.

“Primero comienza diciendo que el primer día de la semana, estando cerradas las puertas, el Señor ingresa en medio de los apóstoles y les da la alegría”, recordó, señalando como primer detalle que las puertas están cerradas y el Señor entra. “La Resurrección cambió la dimensión de las cosas, el Resucitado ya no está en la dimensión humana del cuerpo, tiene un cuerpo pero está en otra dimensión”, por eso el Señor puede pasar esas puertas cerradas.

En ese sentido, explicó: “Todo esto es un signo más fuerte todavía: no hay puerta cerrada que impida la entrada de Cristo cuando lo queramos recibir en el corazón. No hay puerta cerrada que no permita que entre Jesucristo”.

“Y el miedo el Señor lo rompe, y si yo lo recibo, la alegría está en mi corazón” agregó. “El mensaje pascual es fuertísimo y muy hondo, lo tenemos que recibir con esta capacidad, con este encuentro tan alegre del primer día de la semana”, animó.

“En este encuentro tan alegre del primer día de la semana, ¿Quién faltaba? ¿Quién no estaba? Tomás” recordó monseñor D’Annibale.. “¿Qué pasó en aquellos que tenían miedo y no salían, cuando se encontraron con el resucitado? Abrieron las puertas y les fueron a contar a todos: ‘Hemos visto al Señor”.

“Este es el ejemplo de una Iglesia que misiona. Una vez que te encontraste con el Resucitado, salís a contarlo. Es lo que dice el papa Francisco y lo han dicho tantos, pero el Papa lo dice: La experiencia del encuentro con Cristo Resucitado no te la podés guardar en el corazón, la tenés que salir a contar, y eso es lo que pasó ese primer día de la semana y seguirá pasando cada vez que hay un encuentro con Cristo resucitado”, sostuvo.

Y retomando el Evangelio, relató: “Salen a contarlo, se lo cuentan a Tomás y se encuentran con esta pared: ‘Si yo no lo veo no lo creo, a mí si no pongo la manito acá en el agujerito de la mano, y en el agujerito del costado…’”, continuó.

Volviendo a la vida cotidiana, planteó interrogantes comunes: “¿Por qué mi hijo no cree? ¿Por qué mi esposo no cree? ¿Por qué mi amiga no cree?”. En ese sentido, animó a tener paciencia, porque “hay muchos Tomases”.

“Mostrale lo tuyo, invitalo, en algún momento vendrá. ¿Qué hace Tomás? Dice que no, pero al domingo siguiente está. Cuando se reúne la comunidad de nuevo, vuelve a aparecer el resucitado y lo llama a Tomás, y le dice ‘acá están mis manos, acá está mi costado, poné la mano en él’”, continuó.

“Tomás se arrodilla y dice una de las frases más ricas y más interesantes de fe en nuestro caminar: ‘Señor mío y Dios mío’. Es decir, este Tomás tan cabeza dura terminó siendo el que mejor dijo las cosas, y seguimos diciendo cada vez más, incluso frente a la Eucaristía”.

Finalmente, y a la luz de esta enseñanza, el obispo aconsejó: “Nunca nos desanimemos frente a aquel que nos dice que no cree. Siempre mostrémosle el camino, siempre invitémoslo a la fiesta, siempre invitemos a compartir con nosotros, porque el Resucitado siempre se va a manifestar”.

“Este es un testimonio de seguir convocando, de seguir invitando, de buscar con creatividad cómo lo vamos a hacer, pero que nadie se quede afuera”, concluyó.+

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