Con el título "Una casa para cada familia", solicitaron medidas tendientes a lograr "que los más pobres, especialmente los niños, niñas y adolescentes vivan con dignidad y tengan la posibilidad de un futuro con esperanza".
En ese sentido, pidieron "que el Estado Nacional, Provincial y Municipal mire esta grave situación de injusticia social y vele por la vida de los más pobres y por la paz social, destinando los terrenos pertenecientes a la agencia de administración de los bienes del Estado para tener el espacio necesario para la integración socio urbana de nuestros barrios y así evitar el hacinamiento actual y futuro".
Texto completo de la carta
"Una casa para cada familia" Papa FranciscoIntegración Socio Urbana de los barrios Puerta de Hierro, 17 de Marzo, 17 de Marzo bis y San Petersburgo
La Iglesia siguiendo el Evangelio de Jesús busca ponerse al servicio del desarrollo humano integral. De esta manera muchas veces toma iniciativas concretas buscando que los más pobres, especialmente los niños, niñas y adolescentes vivan con dignidad y tengan la posibilidad de un futuro con esperanza.
La Iglesia en San Justo ha colaborado y facilitado la presencia del Estado en sus distintos niveles -Municipal, Provincial y Nacional-. Siempre lo ha realizado a través del diálogo buscando promover el bien común para nuestros barrios.
Creemos firmemente que es imprescindible una presencia articulada e inteligente del Estado para resolver problemas concretos de los vecinos y vecinas de estos barrios tan castigados por la pobreza y la indigencia.
¿Cuáles son los pilares para vivir con dignidad? Como Iglesia que vive en San Justo hemos hecho nuestro el programa de “las tres T” del Papa Francisco: Tierra-Techo-Trabajo.
Francisco lo describe así: Tierra: Es nuestra casa común. Por eso toda familia tiene derecho a un pedazo de tierra. Techo: Familia y vivienda van de la mano. Pero, además, un techo, para que sea hogar, tiene una dimensión comunitaria, y es el barrio. Trabajo: No existe peor pobreza, que la que no permite ganarse el pan y priva de la dignidad del trabajo.
Por todo esto, como iglesia nos unimos al grito de los más pobres y denunciamos la situación de grave injusticia social y de provocación, que clama al cielo: frente a un barrio como puerta hierro, erradicado desde la CABA en época de la dictadura militar y abandonado hace más de 50 años, hacinado en núcleos habitacionales transitorios en donde viven varias generaciones y la vida se encuentra aprisionada, existen terrenos abandonados donde la basura, la violencia, la droga, los abusos y las violaciones encuentran su espacio. Queremos que la Vida tenga su lugar y proponemos que allí donde reina la basura y el delito se puedan construir las casas para las familias de puerta de hierro que esperan hace más de 50 años.
Por eso que le pedimos, lo que por derecho necesita nuestra gente. Pedimos que el estado nacional provincial y municipal mire esta grave situación de injusticia social y vele por la vida de los más pobres y por la paz social destinando los terrenos pertenecientes a la agencia de administración de los bienes del Estado para tener el espacio necesario para la integración socio urbana de nuestros barrios y así evitar el hacinamiento actual y futuro.
Monseñor Eduardo García, obispo de San Justo
Padre Bachi Basilicio Britez
Padre Carlos Torre
Padre Nsengimana Jean Bosco
Padre Daniel Echeverría
Anaclet Mbuguje
Padre Mauricio Cardea
Padre Hugo Salas
Padre Fabian Fusca
Padre Julio S Chazarreta
Ramiro Daniel Borelli
Padre Tano Nicolás Angellotti
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