La Eucaristía fue presidida por el arzobispo de Mendoza y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), monseñor Marcelo Daniel Colombo, y concelebrada por la totalidad de los prelados que integran el tercero y último grupo.
“Hoy venimos a esta tumba, venimos a esta Iglesia particular de Roma pero donde también reside la misión pastoral del Santo Padre de presidir nuestra caridad y fortalecer nuestra comunión. Nos encontramos llamados a advertir los nuevos desafíos con los que hoy Pedro une, ata, desata y constituye el fundamento de la Iglesia”, afirmó.
“Los consensos, los puentes, las nuevas formas de diálogo, el alcanzar esas periferias insospechadas de la humanidad son los nuevos modos en que Pedro une, ata. También hoy Pedro desata, nos ayuda a encontrar nuevas perspectivas para solucionar los grandes problemas de la Iglesia, nos da claves para comprender las dificultades del mundo que nos abarca y nos llama a estrecharnos fuertemente entorno a Jesús, que a todos quiere incluir y a todos llama”, agregó.
El prelado recordó que “Jesús le dice: 'Pedro, Satanás te quiere triturar como el trigo pero he regado para que no desfallezcas, para que seas fuerte. Cuando vuelvas confirma a tus hermanos'” y consideró: “Me parece que nos lo está diciendo a nosotros ahora”.
“Cuando volvamos confirmemos a nuestras comunidades, fortalezcamos sus búsquedas, sus deseos de anunciarlo a Jesús, llamemos a nuestra gente a evangelizar y sostengamos en la perseverancia, en la vacilación, en los titubeos, a los frágiles, a los indefensos. Confirmar en la fe a estos apóstoles que se disputaban puestos y cargos era también un desafío”, sostuvo.
“Para nosotros la llamada a unir a nuestros presbíteros, a nuestros agentes de pastoral, a alentarlos en el servicio del Evangelio es también un gran desafío; poniendo siempre a Jesús en el centro y buscando alcanzarlos a todos y venimos a la tumba de Pedro, que es el Pastor”, precisó.
El arzobispo mendocino afirmó que “también nosotros estamos llamados a apacentar comunidades, nuevas realidad, nuevas situaciones, aún las que nos parecían que no estaban en nuestro rebaño y sin embargo hoy más que nunca la Iglesia a través de Pedro nos propone acompañar, sostener y esperanzar”.
“Como les decía, entonces, venimos a profesar nuestra fe, nuestra esperanza y a dejarnos estrechar en la caridad de Cristo, en la presidencia de Pedro”, subrayó.
Por último, monseñor Colombo citó parte de una poesía que 45 años atrás, también frente a la tumba de San Pedro, compuso el beato monseñor Enrique Angelelli para agradecer sus bodas de plata sacerdotales, y puntualizó: “Era en ocasión de la visita ad límina de 1974 y tenía la particularidad de un contexto de país profundamente agrietado”.
Informes: www.episcopado.org y en las redes sociales Facebook, Twitter e Instagram.+
Publicar un comentario