La jornada planeó la necesidad de ver, “en él deporte el lugar de encuentro y contención, donde se pueda brindar y dotar el buen uso del tiempo libre, potenciando así un proceso educativo”. Se resaltó que desde el clima deportivo se puede “fomentar el desarrollo personal y social, para así crear un puente entre la calle y la escuela, y consolidad la experiencia en la comunidad”.
La Pastoral sobre Adicciones y Drogadicción, ratificó “el compromiso y comunión con el documento ‘Dar lo mejor de uno mismo’ presentado por el papa Francisco en 2018, el cual presenta el deporte como medio de misión y santificación”.
En base a esto, el organismo busca promover la práctica del deporte comunitario como respuesta preventiva y de fortalecimiento del tejido social. Contemplando las distintas periferias que marcan la realidad social. Señalaron que es necesario multiplicar espacios de contención y cuidado de la vida.
El encuentro propuso que, “como Iglesia, seamos más abiertos, comprometidos y presentes en la búsqueda, conservación y multiplicación de puntos deportivos”, y basados en el documento del Papa, apuntaron a que la respuesta de la Iglesia sea “multiplicar en cada barrio la pedagogía de la presencia: estando de manera significativa entre chicas y chicos, escuchando con humildad sus gritos, generando vínculos educativos, acompañándolos con la confianza puesta en sus potencialidades de bien, y con la esperanza de que pueden salir de cualquier situación de esclavitud y falta de sentido”.
Como parte de las conclusiones del encuentro, se propuso en el Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, 26 de junio, generar en cada diócesis, maratones o actividades deportivas, para lograr unirse todos bajo el lema “Ganemos la calle con el deporte inclusivo”. +
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