Mons. Lozano detalló cuáles serán sus primeros pasos en la arquidiócesis de San Juan

Mons. Lozano detalló cuáles serán sus primeros pasos en la arquidiócesis de San Juan

San Juan (AICA): “En estos primeros meses me he propuesto dedicar mucho tiempo a escuchar, conocer, palpar el corazón de cada comunidad y sentir sus latidos vitales. Pero no para mirar desde afuera o crecer en un conocimiento teórico, sino para acompañar y hacer el camino juntos”, subrayó monseñor Jorge Eduardo Lozano al detallar cuáles serán sus primeros pasos tras asumir como arzobispo coadjutor de San Juan de Cuyo, donde la comunidad diocesana lo recibió con los “brazos abiertos”.
Monseñor Jorge Eduardo Lozano detalló en su columna semanal cuáles serán sus primeros pasos tras asumir como arzobispo coadjutor de San Juan de Cuyo, donde la comunidad diocesana lo recibió con los “brazos abiertos”.

El prelado, que dejó la diócesis de Gualeguaychú para asumir el nuevo destino pastoral que le encomendó el papa Francisco, explicó que “este traslado no implica solamente ‘cambiar de casa’ o mudanza −que es bastante engorroso por cierto− sino afrontar una nueva etapa”.

“En lo personal lo vivo como un llamado a desinstalarme y abrirme a nuevos desafíos. La misión que asumo no consiste en reiterar estrategias que funcionaron bien en otro lado, y menos aún repetir fórmulas verbales. Es comunicar y compartir la vida nueva de Cristo Vivo con hermanos y comunidades bien concretas. Y eso no se logra copiando lo ya dicho sino entrando en diálogo fecundo”, precisó, y agregó: “Para ello es necesario conocer cada comunidad, su idiosincrasia, su manera peculiar de acoger y vivir la fe”.

Monseñor Lozano afirmó que en estos primeros meses se ha propuesto “dedicar mucho tiempo a escuchar, conocer, palpar el corazón de cada comunidad y sentir sus latidos vitales. Pero no para mirar desde afuera o crecer en un conocimiento teórico, sino para acompañar y hacer el camino juntos”.

“La Iglesia es un pueblo en marcha y esta dimensión peregrina de la fe nos ayuda mucho para reconocer que no caminamos solos, cada uno por su lado y sin rumbo. Andamos como familia de hijos de Dios. Nuestro horizonte es la vida en plenitud, la casa del Padre”, destacó.

Asimismo, subrayó que “el oficio del obispo está marcado por el amor a Jesús y a su pueblo. El mismo Maestro Resucitado vinculó el amor a Él con el apacentar a su rebaño: ‘¿Pedro, me amas? Apacienta mis ovejas’”, y aclaró: “No se puede amar a Jesús y descuidar a los suyos”.

“Llegué a la provincia de San Juan el lunes pasado. Estos primeros días me dediqué a ubicar los libros y carpetas en la biblioteca, ordenar la ropa, organizar mi escritorio… También nos hemos reunido con mi hermano el padre obispo Alfonso (Delgado) para coordinar las agendas. Tengo ya varias fiestas patronales y confirmaciones hasta fin de año”, puntualizó.

“Comenzaré a recorrer, visitar, ir al encuentro de las comunidades para alentarles en la alegría de la fe. Siento una plena alegría porque ya se van distinguiendo en el horizonte los rostros del pueblo sanjuanino en su camino de encuentro con Jesús”, concluyó.+
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