Concelebraron el párroco saliente, presbítero Enrique Caballero, y varios sacerdotes de la diócesis. Acompañaron la celebración cuatro diáconos permanentes, integrantes de la comunidad y familiares del nuevo párroco.
Al comenzar la misa, el padre Caballero dio la bienvenida al nuevo párroco y se despidió de la comunidad que ha guiado a lo largo de cuatro años. Luego se dio lectura al decreto de nombramiento del presbítero Coronel como párroco.
En distintos momentos de la celebración, y a través de diversos gestos, se significó la entrega de la misión de pastorear esa porción del pueblo de Dios: entrega de las llaves de la iglesia parroquial, del libro de la Palabra de Dios, los óleos santos, la estola morada para la reconciliación, las ofrendas del pan y el vino para la celebración eucarística, y las llaves del sagrario donde se guardan las especies eucarísticas para la comunión fuera de la misa.
En la homilía, y partiendo del acontecimiento de la pesca milagrosa narrada en el Evangelio proclamado este domingo, el obispo animó a la comunidad y al nuevo párroco a escuchar la voz de Jesús que vuelve a repetirnos: “Yo te haré pescador de hombres”, renovando el envío misionero.
“La pesca, que aquel día fue portentosa, hace referencia a la misión de la Iglesia, que implica el anuncio de una Persona, Jesús de Nazaret, y la convocatoria a un encuentro con el mismo Señor y con la comunidad de sus discípulos”, dijo el obispo y agregó que “la barca no es otra que la de Pedro -la Iglesia- porque la misión es de la Iglesia y no puede ser realizada si no es en la Iglesia, para que sea misión de Jesús”.
“La fecundidad en la misión sólo se obtiene cuando se hace todo en el nombre y por la palabra del Señor Jesús, como lo hizo Pedro, que sólo porque Jesús lo dijo, echó las redes y recogió una pesca abundante”, continuó el prelado. “La experiencia del propio límite, de la propia incapacidad, incluso del propio pecado, es imprescindible para tener la certeza de que la misión es obra del Señor en medio de su Iglesia, y no obra de los misioneros por cuenta propia” expresó Zordán.
Luego explicó que “la red, que junta y recoge, nos hace pensar en la misión que reúne y convoca para formar parte del pueblo de los redimidos y hacer la experiencia de comunión en la comunidad de los discípulos del Señor”. Y la indicación de Jesús: ‘Serás pescador de hombres’, es un llamado personal que el Señor vuelve a hacernos, y que exige una respuesta, un compromiso personal: la exigencia de involucrarnos personalmente y no quedarnos al margen esperando que otros lo hagan”, sostuvo.
El obispo concluyó su homilía celebrando que este pasaje del Evangelio “permitiera iluminar esta circunstancia concreta que vive la comunidad cristiana de Villa Paranacito, acontecimiento de gracia en el inicio de una nueva etapa en su vida de comunidad”.
Antes de la bendición final de la celebración, el presbítero Martín dirigió sus primeras palabras a su nueva comunidad, agradeciendo la acogida, y la confianza depositada en él al concederle este nuevo ministerio.+
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