Durante la jornada, se celebraron misas cada hora y hubo numerosos sacerdotes del clero mendocino y de la Congregación Claretiana, que tiene a su cargo la atención pastoral del Santuario, para dar el sacramento de la Reconciliación y bendiciones.
Asimismo, una numerosa cantidad de peregrinos recorrió a pie el camino entre el Cerro de la Gloria y el santuario, para llegar a la misa central, que presidió monseñor Marcelo Daniel Colombo, arzobispo de Mendoza, a las 23.
Durante su homilía, el prelado invitó a “renovar la confianza en el Señor Jesucristo, como María en las Bodas de Caná. Llamados a transformar nuestra agua de limitaciones y fragilidades en el vino nuevo de Cristo, la Virgen nos señala el camino: 'Hagan lo que Él les diga'".
"Sólo Él puede renovarnos, hacernos fuertes, transformando nuestras debilidades, haciéndonos testigos de sus signos”, expresó.
La intención por los enfermos fue central en esta fiesta mariana. Sin embargo, muchos fieles también acudieron al santuario para pedir salud y trabajo, y agradecer a la Virgen por las gracias recibidas.+
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