Buenos Aires (AICA): El párroco de San Ignacio de Loyola, presbítero Francisco Baigorria, agradeció las expresiones de repudio y solidaridad por la profanación del templo más antiguo de Buenos Aires, y explicó que “por divina Providencia, los daños materiales fueron pocos e insignificantes en consideración a los daños y perjuicios morales y espirituales de toda la comunidad, creyente y no creyente”. Por este motivo, decidió “no aceptar nada, en el orden material, de ningún estamento: privado, institucional o gubernamental” y a cambio pidió “la oración y el compromiso de trabajar como comunidad por nuestros jóvenes, la familia y los valores fundamentales que hacen a la feliz convivencia de una sociedad, como son la aceptación del otro, sus creencias y sus espacios, la tolerancia, la compasión, la comprensión y el perdón”. El párroco aclaró “por justicia y consideración a la sociedad, que el compromiso del Gobierno Nacional en finalizar la 4ª etapa Master Plan de restauración de este Patrimonio, Monumento Nacional, que incluye los accesos a los túneles coloniales, los claustros de antiguo Colegio jesuítico y el acondicionamientos de todas las dependencias parroquiales donde se desarrollan las actividades pastorales, estimado en 14 millones de pesos, nada tiene que con el costo de los daños causados por las profanaciones; gastos que asume en su totalidad, la comunidad parroquial”.
“A pesar del dolor, la angustia y el desconcierto, que todo esto significó, fuimos confortados con las múltiples expresiones de afecto, disposición y oración de tantos hombres y mujeres, de distintos lugares, credos y extractos de la sociedad”, subrayaron en un comunicado.
El sacerdote también agradeció “a las distintas instituciones de la sociedad civil, a las instituciones gubernamentales, tanto a nivel nacional, como ciudad de Buenos Aires, feligresía, vecinos y allegados que se han acercado, de distintos modos, a este lugar ofreciendo tiempo, talentos y bienes para reparar los males ocasionados en el atentado”.
“Por divina Providencia, los daños materiales fueron pocos e insignificantes en consideración a los daños y perjuicios morales y espirituales de toda la comunidad, creyente y no creyente. Por tal motivo, hemos decido no aceptar nada, en el orden material, de ningún estamento: privado, institucional o gubernamental; a cambio de la oración y el compromiso de trabajar como comunidad por nuestros jóvenes, la familia y los valores fundamentales que hacen a la feliz convivencia de una sociedad, como son la aceptación del otro, sus creencias y sus espacios, la tolerancia, la compasión, la comprensión y el perdón”, aseguró.
El presbítero Baigorria aclaró “por justicia y consideración a la sociedad, que el compromiso del Gobierno Nacional en finalizar la 4ª etapa Master Plan de restauración de este Patrimonio, Monumento Nacional, que incluye los accesos a los túneles coloniales, los claustros de antiguo Colegio jesuítico y el acondicionamientos de todas las dependencias parroquiales donde se desarrollan las actividades pastorales, estimado en 14 millones de pesos, nada tiene que con el costo de los daños causados por las profanaciones; gastos que asume en su totalidad, la comunidad parroquial”.
“El Señor, que no se deja ganar en generosidad y saca infinitos bienes de los males que permite, nos sorprende y nos anima a mirar con confianza y esperanza el devenir, comprometiendo y amigando nuestro corazón al Suyo, saliendo al encuentro del que más necesita de luz, consuelo y misericordia”, concluyó.+
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