Mons. Ojea al nuevo presbítero: “Entregarse a Él es el eje de toda vida sacerdotal”
San Isidro (Buenos Aires) (AICA): El obispo de San Isidro, monseñor Oscar Ojea, ordenó sacerdote al diácono Tomás Chavarría, a quien recordó que “entregarse a Él es el eje de toda vida sacerdotal, buscarlo, pedir el encuentro y encontrarse”. En el marco de la catedral San Isidro Labrador, a la que asistió la comunidad y familiares del nuevo sacerdote, el prelado leyó una parte de la carta que el diácono le había escrito pidiéndole el presbiterado, porque, dijo “me hizo mucho bien”. “La cercanía de ese buen pastor que, como diría nuestro Papa, sabe con flexibilidad, es propia de la caridad, estar delante del pueblo cuando hay que estar delante, estar al lado cuando hay que estar al lado, estar detrás cuando hay que estar detrás, pero siempre cerca”, sostuvo.
En el marco de la catedral San Isidro Labrador, a la que asistió la comunidad y familiares del nuevo sacerdote, el prelado leyó una parte de la carta que el diácono le había escrito pidiéndole el presbiterado, porque, dijo “me hizo mucho bien”.
“Esta certeza de que el Reino de Dios está cerca, vos lo has recibido a lo largo de tu vida por la cercanía del Buen Pastor y de la Iglesia para contigo. Esa cercanía del pastor que está siempre de pie, siempre atento, que no se sienta porque pierde perspectiva si se sienta y no puede ver a cada una de las ovejas. El pastor que duerme entre las ovejas. El pastor que está atento a la que se pierde”, subrayó.
“Por esto mismo has tenido experiencia de esa cercanía del Buen Pastor y te has enamorado hondamente de él y has querido hacerlo presente en su Iglesia a través de toda tu persona. La cercanía de ese buen pastor que, como diría nuestro Papa, sabe con flexibilidad, es propia de la caridad, estar delante del pueblo cuando hay que estar delante, estar al lado cuando hay que estar al lado, estar detrás cuando hay que estar detrás, pero siempre cerca”, agregó.
También recordó una oración de San Ambrosio que dice: “Con la certeza que me regala el Señor de saber que el Reino de Dios está cerca nuestro, humildemente quisiera lanzarme a la aventura de seguir entregando la vida para siempre. Quisiera encontrarme con él y amarlo de verdad. Quisiera encontrarme con su pueblo y amarlo de verdad.”
El prelado señaló que el gesto antiquísimo de la Iglesia para esta ordenación, es la imposición de las manos, y precisó: “El Señor te impone las manos y quiere que tus manos se transformen en las suyas. No quiere que sean más instrumentos para tomar cosas o para poseer cosas. Quiere que esas manos tuyas estén al servicio del amor. Las manos con las que vas a bendecir, con las que vas a tender la ayuda, con las que vas a tener los gestos de ternura, tus caricias, esas manos son las manos de él que están cerca de su pueblo significando a este buen pastor que se hace oveja, que se hace pasto, este pastor cercano que es el que el Señor quiere regalarnos en cada ordenación sacerdotal”.
Por último, monseñor Ojea invitó a la feligresía a pedirle al Señor que “envíe trabajadores a su mies, que envíe trabajadores como Él quiera, del modo que quiera, trabajadores santos, a semejanza del Buen Pastor, que quieran, como Tomás, lanzarse a la aventura de entregar la vida para siempre, encontrarse con él y amarlo de verdad y encontrarse con su pueblo y amarlo de verdad”.+
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