Buenos Aires (AICA): En la basílica de San Francisco, en Buenos Aires, se realizó este miércoles 30 de octubre el Encuentro de Oración por la Paz 2013, en el espíritu de Asís, al cumplirse 27 años de la reunión en la que Juan Pablo II convocó a rezar por la paz a representantes de distintos credos religiosos de todo el mundo. Invitaron a este encuentro la Orden de Hermanos Menores (Franciscanos), encabezada aquí por fray Sebastián Robledo, y la Confraternidad Argentina Judeo Cristiana, que preside Martha de Antueno. Al comenzar el acto, se citaron palabras del papa Francisco, pronunciadas recientemente en Roma: “Un líder religioso es siempre un hombre de paz, porque el mandamiento de la paz está inscripto en lo profundo de las tradiciones religiosas que representamos”. En el acto, autoridades de diversos cultos dieron breves mensajes y encendieron cada uno una vela por la paz. Más de un centenar de personas compartió la ceremonia, en la que en un momento se apagaron las luces del templo y se oró en silencio para pedir el don de la paz.
Invitaron a este encuentro la Orden de Hermanos Menores (Franciscanos), encabezada aquí por fray Sebastián Robledo, y la Confraternidad Argentina Judeo Cristiana, que preside Martha de Antueno.
Al comenzar el acto, se citaron palabras del papa Francisco, pronunciadas recientemente en Roma: “Un líder religioso es siempre un hombre de paz, porque el mandamiento de la paz está inscripto en lo profundo de las tradiciones religiosas que representamos”.
En el acto, autoridades de diversos cultos dieron breves mensajes y encendieron cada uno una vela por la paz.
Más de un centenar de personas compartió la ceremonia, en la que en un momento se apagaron las luces del templo y se oró en silencio para pedir el don de la paz
Abrió el acto el provincial de la provincia franciscana de la Asunción, Fray Sebastián Robledo, quien dio la bienvenida a los presentes y observó el significado de que el Papa actual haya elegido para sí el nombre de San Francisco de Asís.
El rabino Sergio Bergman, por el judaísmo, dijo que todos podemos como hermanos que somos invocar la protección del mismo Padre. Y al pedir la bendición de Dios en la tierra, y llamar a vivir en la esperanza, tuvo resonancias del lenguaje del Papa, al aludir, sin citarlo, a vestir a los desnudos y dar de comer a los hambrientos en “nuestras periferias existenciales”.
Por el Islam, el sheij Abdelnaby El Hefnawy, del Centro Islámico de la República Argentina (CIRA), invocó el nombre de Dios, el Clemente y Misericordioso, para que haya paz y amor entre todos.
Por la Iglesia Católica, el presbítero Fernando Gianetti pidió al Señor la gracia de trabajar por la justicia y la paz. Recordó los cincuenta años del Concilio Vaticano II y mencionó sus documentos “Dignitatis Humanae” y “ Nostra Aetate”, de los que Benedicto XVI dijo que fueron proféticos.
El arzobispo de la Iglesia Apostólica Armenia, monseñor Kissag Mouradian, llamó a estar unidos como hijos de un mismo Padre y dijo: “Señor Jesús, Dios nuestro, ten piedad de nosotros, danos la paz”.
Por el budismo, el señor José Nakatsui, de la agrupación Sokka Gakai, de saco y corbata, entre las vestiduras largas de sotanas y túnicas de otros religiosos, se refirió a buscar las causas del presente en el pasado y deseó que florezca la paz en cada ser humano.
El obispo metodista Frank de Nully Brown, que lucía un clergyman negro con la camisa morada, pidió por la paz ante la falta de trabajo seguro, la carrera armamentista, la guerra, el hambre, para construir cada día un mundo mejor. “Te lo pedimos por Jesucristo, a quien los cristianos reconocemos como Señor y Salvador”.
El pastor Pablo Deiros, de la Iglesia Evangélica Bautista, invocó al Creador del cielo y de la tierra y dijo que Jesús “nos enseñó a los cristianos que la Verdad es la que nos trae la libertad”.
Por el hinduismo los monjes Adi Yajña Das, Prema Rasarnava Das y Phanendra Gaura Das entonaron un cántico tras unas breves palabras.
Por los pueblos originarios, un Integrante del Consejo Cultural Indígena, Sisquito Flores, pidió que haya menos dolor y que el sol alumbre una vida en paz para el pueblo.
Todos los presentes se dieron un saludo de paz, afectuosamente.
El arzobispo de la Iglesia Siriana Ortodoxa de Antioquía, monseñor Crisóstomo Juan Gassali, lamentó los sucesos que desde hace tres años desangran a Siria, en lugares donde fue una cuna del cristianismo y la civilización. “Somos cristianos, somos arameos”, dijo, y abogó por la paz interior y exterior, la reconciliación entre cristianos y musulmanes, y recuperar la convivencia que había en su país.
A su vez, una representante de la Comunidad San Egidio habló de la próxima venida al país del intelectual italiano Andrea Riccardi, fundador de esa comunidad, e invitó a escucharlo.
Luego, interpretó varias obras la orquesta "Proyectos orquestales infantiles y juveniles de la Ciudad de Buenos Aires", que dirige Joel Bardam.
Entre otras personas, estuvieron presentes el doctor Alfredo Abriani, director de Cultos de la Ciudad de Buenos Aires; el presidente de la Delegación de Asociaciones Israelitas de la Argentina (DAIA), doctor Julio Schlosser; el ex secretario de Culto doctor Norberto Padilla; los doctores Juan Navarro Floria y Raúl Rocha Gutiérrez, por el Consejo Argentino para la Libertad Religiosa (CALIR); Gloria Williams de Padilla y Florencia Uriburu, por la Comisión de Ecumenismo del Episcopado y Valores Religiosos; Leonardo Chullmir, por la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA); Boris Kalnicki, de la B’Nai B’Rith; Alberto Zimermann, tesorero de la DAIA; Claudio Avruj, director del Museo de del Holocausto; Mario Burman, de la Organización Judía de Diálogo Interconfesional, Marco Gallo, de San Egidio; la licenciada Nancy Falcón por el Centro de Diálogo Intercultural Alba, etc.
Se leyeron adhesiones de numerosas instituciones como la Acción Católica Argentina, la Liga de Amas de Casa, la Liga de Madres de Familia, Constructores de Puentes y otras entidades.+ (Jorge Rouillon)
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