Bogotá(Colombia) (AICA): Los obispos responsables de la Pastoral Indígena de las conferencias episcopales de América Latina y el Caribe, convocados por el Departamento de Cultura y Educación del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) se reunieron del 14 al 18 de octubre en Santa Fe de Bogotá, Colombia, donde hicieron un balance de las luces y sombras de esta pastoral específica. Al término de las deliberaciones, los prelados formularon “indicaciones concretas con la esperanza de que puedan orientar a los distintos organismos eclesiales del Continente que están asumiendo la Pastoral Indígena”. Asimismo, se comprometen a “mantener con renovado esfuerzo nuestra opción preferencial y evangélica por los pobres y como consecuencia, acrecentar y profundizar la presencia misionera y pastoral entre las poblaciones más frágiles y amenazadas por el desarrollo depredatorio, apoyándolas en sus esfuerzos para lograr una justa distribución de la tierra y del agua”.
Al término de las deliberaciones, los prelados formularon “indicaciones concretas con la esperanza de que puedan orientar a los distintos organismos eclesiales del Continente que están asumiendo la Pastoral Indígena”.
“Urge reflexionar acerca de qué futuro le corresponde a los pueblos Originarios. Le pedimos particularmente al CELAM que nos ayude a visualizar este desafío y nos muestre los caminos que aseguren la identidad, el reconocimiento y la autonomía de nuestros pueblos indígenas”, dicen en una declaración final
Tras subrayar la necesidad de “una mayor estima y acogida del hecho de la pluriculturalidad de nuestro continente y entonces de la necesaria interculturalidad”, afirman que “nos corresponde estimular y promover la etno-estima de los pueblos originarios”.
Asimismo, se comprometen a “mantener con renovado esfuerzo nuestra opción preferencial y evangélica por los pobres y como consecuencia, acrecentar y profundizar la presencia misionera y pastoral entre las poblaciones más frágiles y amenazadas por el desarrollo depredatorio, apoyándolas en sus esfuerzos para lograr una justa distribución de la tierra y del agua”.
Y consideran necesario “poner al alcance de todos el documento de Aparecida que tanta amorosa atención concede a los pueblos originarios y que nuestros Pastores, en sintonía con el espíritu de Aparecida, asuman con más valentía la necesaria dimensión profética de la propia fe, denunciando las injusticias y atropellos de la dignidad de los indígenas”.
Los obispos latinoamericanos solicitan al Departamento del CELAM responsable de la Pastoral Indígena que “contacte y coordine los distintos organismos, grupos apostólicos y equipos que en las distintas iglesias locales de América Latina y El Caribe asumen la atención pastoral y misionera de los pueblos originarios, para un trabajo de información, de estímulo y de coordinación”.
“Urge orientar los esfuerzos de la Misión Continental en vistas a un estado permanente de misión, hacia las “periferias” de los pueblos indígenas. La fidelidad de la Iglesia a Cristo que vino a evangelizar a los pobres, encuentra su garantía en la medida con que ella opte valiente y generosamente por estas periferias de los últimos de nuestro continente”, subrayan.
Reiteran la necesidad de que “se infunda el amor preferencial hacia los pueblos indígenas desde los años de formación de los futuros sacerdotes así como de los agentes de pastoral que se dediquen a ellos”, estiman “de gran utilidad conocer los diferentes organismos extra-eclesiales que trabajan en favor de los pueblos indígenas con el fin de lograr una posible cooperación y un trabajo conjunto”, y sugieren “buscar caminos de cooperación y de integración con las pastorales afines como lo es la Pastoral Afro”.
Alientan a “seguir apoyando el estudio y el conocimiento de la espiritualidad y la cosmovisión de los pueblos originarios” y anuncian que “durante nuestro encuentro se hizo el lanzamiento del tomo VI de Teología India”.
“Encomendamos a María, la Madre del Señor, Maria de los muchos títulos de América Latina y el Caribe, todos los esfuerzos que nuestra Iglesia está llevando adelante con nuestros hermanos y hermanas indígenas. Ha sido María quien ha podido unir las historias latinoamericanas diversas en una historia compartida: aquella que conduce hacia Cristo, Señor de la Vida, en quien se realiza la más alta dignidad de nuestra común vocación humana”, concluyen.+
Texto completo de la declaración final
Publicar un comentario