Ciudad del Vaticano (AICA): “Al observar las caras de ustedes, es como si observara un mosaico que incluye pueblos de todo el mundo. Es justo que todos los pueblos tengan acceso a la investigación y la formación científica”, dijo el Papa a los jóvenes astrónomos, provenientes de 23 países diferentes, que participan en el curso de verano organizado por la Escuela de Astrofísica del Observatorio Vaticano “Galaxias cercanas y lejanas, jóvenes y viejas”, a los que recibió esta mañana. “El deseo de que todos los pueblos puedan disfrutar de los beneficios de la ciencia es un desafío que nos implica a todos, especialmente a los científicos”.
Francisco elogió que la Escuela de Astrofísica sea un lugar en el que los jóvenes del mundo dialogan, colaboran y se ayudan entre ellos en la búsqueda de la verdad que se concreta en este caso en el estudio de las galaxias. Y destacó cómo esta iniciativa demuestra que las ciencias pueden ser un instrumento apto y eficaz para promover la paz y la justicia. “Por esta razón -dijo el Papa- la Iglesia se compromete a dialogar con las ciencias a partir de la luz ofrecida por la fe, porque está convencida de que la fe puede ampliar, enriqueciéndola, las perspectivas de la razón. En este diálogo con las ciencias, la Iglesia celebra el notable progreso científico y reconoce el enorme potencial que Dios puso en la mente humana, como una madre se alegra y se siente orgullosa cuando sus hijos crecen en sabiduría, edad y gracia”.
El Santo Padre animó a los presentes a compartir las experiencias adquiridas sobre el universo con la gente de sus países. “Sólo una parte muy pequeña de la población mundial tiene acceso a esos conocimientos, que abren el corazón y la mente a las grandes preguntas que la humanidad siempre se ha hecho: ¿De dónde venimos?, ¿Adonde vamos? -concluyó-. La búsqueda de respuestas a estas preguntas nos prepara para el encuentro con el Creador, Padre bueno, porque "en El vivimos, nos movemos y somos".+
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