Mons. Hesayne: “Necesitamos la presencia del Espíritu Santo para lograr la plenitud humana”

Mons. Hesayne: “Necesitamos la presencia del Espíritu Santo para lograr la plenitud humana”




Azul (Buenos Aires) (AICA): El obispo Miguel Esteban Hesayne, director y fundador del Instituto Cristífero, aseguró hoy que “hay pocos católicos que saben por qué la palabra Pentecostés en clave de fe cristiana es sinónimo de presencia del Espíritu Santo. Menos aún saben el para qué de la presencia del Espíritu Santo en la historia humana de cada día y hasta piensan que es una piadosa exageración si se les dice que la presencia del Espíritu Santo, los hombres y mujeres la necesitamos para lograr la plenitud humana: lograr la perfección humana”. El prelado sostuvo que “es tal su poder transformante haciendo siempre la verdad en el amor que como signo de su presencia recrea la unidad desde la diversidad”.

El obispo Miguel Esteban Hesayne, director y fundador del Instituto Cristífero, aseguró hoy que “hay pocos católicos que saben por qué la palabra Pentecostés en clave de fe cristiana es sinónimo de presencia del Espíritu Santo. Menos aún saben el para qué de la presencia del Espíritu Santo en la historia humana de cada día y hasta piensan que es una piadosa exageración si se les dice que la presencia del Espíritu Santo, los hombres y mujeres la necesitamos para lograr la plenitud humana: lograr la perfección humana. Y es así sin ninguna exageración. Ni qué decir lograr la vida cristiana”.

Tras recordar que Santo Tomás “fiel a la revelación de Jesús sobre el Espíritu Santo afirma que sin la gracia del Espíritu Santo no se puede hacer ningún acto cristiano”, precisó que “Pentecostés está unido al Espíritu Santo. El Espíritu Santo está unido al amor. El amor al perdón. El perdón a la paz. La paz a la felicidad”.


“De ahí la importancia de la festividad de Pentecostés que es como la otra cara de la festividad de Pascua. El cardenal Pironio lo llamaba la ‘super Pascua’. En Pentecostés se nos entrega el fruto de la Pascua. Es decir: la presencia activa y transformante en el mundo de los hombres. Presencia del Espíritu Santo que recrea la vida entera de ‘todos los hombres y de todo el hombre’”, subrayó.


El prelado sostuvo que “con Pentecostés se inicia el ansiado mundo nuevo y el logro de la buscada liberación integral. Es un hecho en personas y comunidades que le abran sus corazones” y señaló que el papa Francisco reclama en su exhortación apostólica Evangelii Gaudium que “los evangelizadores se abran sin temor a la acción del Espíritu Santo”.


Monseñor Hesayne insistió en afirmar que “es tal su poder transformante haciendo siempre la verdad en el amor que como signo de su presencia recrea la unidad desde la diversidad. Así aconteció en el primer Pentecostés. Lo que jamás se había pensado que hombres y mujeres de razas diversas hablando su propia lengua se entendieran en su mismísima lengua materna. Con la efusión del Espíritu vínculo de amor en Dios entre el Padre y el Hijo, hombres y mujeres, enemistados pueden transformarse en una gozosa fraternidad”.


“Es lo que necesitamos, hoy, en la Argentina y en el Mundo entero. Orar es reconocer la presencia bienhechora de Dios. Oremos, entonces, con fe en el Espíritu Santo, por la paz que necesitamos y supera todo anhelo y esfuerzo humano”, concluyó.+


Texto completo de la homilía



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