Mons. Lozano: Debe primar el espíritu de la paz
Gualeguaychú (Entre Ríos) (AICA): El obispo de Gualeguaychú, monseñor Jorge Lozano, destacó la influencia del Espíritu Santo en la vida cotidiana, al asegurar que “Él es fortaleza en la debilidad, consuelo en la tristeza, aliento en el desánimo, suave compañía en la amarga soledad”. “También el Espíritu nos trae la paz en el corazón, en la familia, en la sociedad... Es el Espíritu de la PAZ (con todas las letras en mayúsculas) que tanto anhelamos y buscamos”, subrayó en su columna semanal. El prelado también pidió acompañar al papa Francisco en su invocación por la paz de este domingo mediante la oración. Insistió en la necesidad de vencer “el mal haciendo el bien como nos enseña San Pablo” y clamó: “Por favor, rezá por la paz”.
“Esa fuerza interior, y que viene de lo alto, es provocada por el Espíritu Santo. Él es fortaleza en la debilidad, consuelo en la tristeza, aliento en el desánimo, suave compañía en la amarga soledad”, subrayó en su columna semanal, y agregó: “También el Espíritu nos trae la paz en el corazón, en la familia, en la sociedad... Es el Espíritu de la PAZ (con todas las letras en mayúsculas) que tanto anhelamos y buscamos”.
Tras recordar que este domingo la Iglesia celebra “la fiesta de Pentecostés, a cincuenta días de la Pascua, la muerte y resurrección de Jesucristo. Él guía a la Iglesia con la luz y la fuerza del Espíritu Santo”, señaló que “un himno antiguo lo llama ‘dulce huésped del alma’; es nuestro maestro interior. Permanece en nosotros desde el día del Bautismo”.
“El Concilio Vaticano II en su Constitución Dogmática acerca de la Iglesia, nos enseña que ‘el Espíritu habita en la Iglesia y en el corazón de los fieles como en un templo, y en ellos ora y da testimonio de su adopción como hijos. Guía la Iglesia a toda la verdad, la unifica en comunión y ministerio, la provee y gobierna con diversos dones jerárquicos y carismáticos y la embellece con sus frutos’”, precisó en su columna semanal.
“Después de aquel primer Pentecostés los Apóstoles predicaron por todo el mundo conocido. El Espíritu Santo los alentó en la misión durante esos primeros pasos de la Iglesia. También hoy es el mismo Espíritu (no uno más diluido) quien nos anima a dar testimonio del amor de Dios con audacia”, sostuvo.
El obispo indicó que “en su peregrinación por Tierra Santa, Francisco invitó a los presidentes de Israel y Palestina a rezar junto con él por la paz. ¿Cómo pensás acompañarlos? Hay un camino seguro: la oración”.
El prelado pidió poner el corazón a “arder en deseos de paz delante de Dios para que Él ablande a quienes son responsables de las naciones”.
“Muchos, muchísimos, queremos la paz, la concordia, la justicia. Pero unos pocos –algunos muy poderosos— quieren la violencia. Unos movidos por cuestiones ideológicas seudoespirituales, otros porque lucran y se llenan los bolsillos vendiendo armas”, advirtió.
Por último, monseñor Lozano insistió en la necesidad de vencer “el mal haciendo el bien como nos enseña San Pablo” y clamó: “Por favor, rezá por la paz”.+
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