Mons. Martínez anima una comunicación que transmita esperanza
Buenos Aires (AICA): El obispo de Posadas, monseñor Juan Rubén Martínez, reflexionó este domingo sobre la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, que la Iglesia celebró en coincidencia con la fiesta de la Ascensión del Señor con el lema “Comunicación al servicio de una auténtica cultura del encuentro”. El prelado manifestó que los medios de comunicación pueden ayudar a sentir cercanía entre las personas y percibir un renovado sentido de unidad.
Monseñor Martínez destacó el mensaje del Santo Padre, quien observa que “hoy vivimos en un mundo que se va haciendo cada vez más pequeño; por lo tanto, parece que debería ser más fácil estar cerca los unos de los otros, y sin embargo, en la humanidad aún quedan divisiones, a veces muy marcadas”.
“A nivel global vemos la escandalosa distancia entre el lujo de los más ricos y la miseria de los más pobres. A menudo basta caminar por una ciudad para ver el contraste entre la gente que vive en las aceras y la luz resplandeciente de las tiendas. Nos hemos acostumbrado tanto a ello que ya no nos llama la atención. El mundo sufre numerosas formas de exclusión, marginación y pobreza; así como de conflictos en los que se mezclan causas económicas, políticas, ideológicas y también, desgraciadamente, religiosas”, expresa el Papa.
Monseñor Martínez manifestó que los medios de comunicación pueden ayudar a sentir cercanía entre las personas y percibir un renovado sentido de unidad, aunque advirtió: “Los muros que nos dividen solamente se pueden superar si estamos dispuestos a escuchar y a aprender los unos de los otros”.
“Necesitamos resolver las diferencias –se lee en el mensaje- mediante formas de diálogo que nos permitan crecer en la comprensión y el respeto. La cultura del encuentro requiere que estemos dispuestos no sólo a dar, sino también a recibir de los otros. Sin embargo, también existen aspectos problemáticos: la velocidad con la que se suceden las informaciones supera nuestra capacidad de reflexión y de juicio, y no permite una expresión mesurada y correcta de uno mismo… el deseo de conexión digital puede terminar por aislarnos de nuestro prójimo, de las personas que tenemos al lado”.
“Entonces, ¿cómo se puede poner la comunicación al servicio de una auténtica cultura del encuentro?”, preguntó. “Descubro una respuesta en la parábola del buen samaritano, que es también una parábola del comunicador: el buen samaritano no sólo se acerca, sino que se hace cargo… se hace capaz de hacerse semejante al otro. Me gusta definir este poder de la comunicación como «proximidad». Tenemos que salir a las calle. Entre las calles señala que están las calles del mundo digital, poblado de humanidad, a menudo de heridas: varones y mujeres que buscan una salvación o una esperanza. Gracias a las redes, el mensaje cristiano puede viajar hasta los confines de la tierra”, aseguró.+
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