Buenos Aires (AICA): En la basílica nacional de Luján, se celebró ayer una misa en conmemoración de los 40 años de la visita a la Argentina y a ese santuario de San Josemaría Escrivá y de Alvaro del Portillo, que será beatificado el 27 de septiembre en Madrid. Presidió la misa el vicario de la Prelatura del Opus Dei para Buenos Aires, Pbro. Víctor Urrestarazu. Citó la encíclica Evangelii Gaudium, del “queridísimo papa Francisco”, y animó a rezar por su persona, su salud y sus intenciones. San Josemaría acudió al santuario de Luján a rezar el rosario el 12 de junio de 1974, acompañado por Mons. Alvaro del Portillo, Mons. Javier Echevarría, actual prelado del Opus Dei, y otras personas.
Presidió la concelebración el vicario de la Prelatura del Opus Dei para Buenos Aires, presbítero Víctor Urrestarazu, quien recordó que él era un muchacho de 15 años cuando San Josemaría fue a rezar a la Virgen de Luján y que había estado presente aquel día. “Ya había sentido la llamada de Dios en mi alma y ya había pedido la admisión en el Opus Dei”, dijo. Y señaló que procurar cumplir la voluntad de Dios, a los 15, a los 30, a la edad que sea, es lo que da alegría a la vida.
Citó varios pasajes de la encíclica Evangelii Gaudium, del “queridísimo papa Francisco”. Subrayó que el Santo Padre anima a arrodillarse y rezar ante el sagrario, a tener cariño filial a la Virgen María, ya que allí encontraremos la fuerza para afrontar las dificultades, sanar las heridas y “proclamar a los cuatro vientos las maravillas de Dios”.
San Josemaría Escrivá acudió al santuario de Luján a rezar el rosario el 12 de junio de 1974, acompañado por monseñor Alvaro del Portillo y por monseñor Javier Echevarría, actual prelado del Opus Dei, y por otras personas. “La iglesia no estaba tan abarrotada como hoy pero había mucha gente”, dijo el padre Urrestarazu. Y recordó que San Josemaría rezó el rosario de rodillas a un costado del altar, en el presbiterio, mirando la imagen de la Virgen, patrona de la Argentina. Dijo que rezó por la Iglesia, por el Papa, por el Opus Dei “que es una partecita de la Iglesia, por todo el mundo”.
El sacerdote recordó también que en 1982 estuvo presente en la misa que presidió Juan Pablo II en Luján en medio de la guerra. “Veíamos en él una confianza enorme en la Virgen”, dijo. Y señaló cómo en un largo pontificado “arrancó” tantas gracias de María. “Que seamos apóstoles, expertos en humanidad, como pedía Juan Pablo II”, agregó. Comentó también cuántas veces acudió a Luján el entonces cardenal Jorge Bergoglio, que es ahora el papa Francisco, por quien pidió oraciones por su persona, su salud, sus intenciones y sus colaboradores.
Recordó un antiguo documento de la Santa Sede, dirigido al Opus Dei, en que calificaba a sus miembros como “sembradores de paz y de alegría”. El sacerdote animó a todos a acercarse al sacramento de la confesión: a ser buenos penitentes para ser buenos apóstoles.
Concelebraron la misa los sacerdotes Eduardo Volpacchio, Jorge Cabus, Enrique Rute, Carlos Mendonca Paz, Gustavo Páez, Pedro Brunori y José Luis Fernández Dacal.
Un coro numeroso de voces femeninas cantó varios himnos litúrgicos populares y al final el Regina Coeli en latín. Luego de la misa, los celebrantes acudieron a rezar a la capilla donde hay una estatua de San Josemaría Escrivá. Allí una placa recuerda palabras suyas poco antes de irse de la Argentina en 1974: “Yo tengo hambre de quedarme con vosotros y cuando me vaya me quedaré a los pies de Santa María de Luján. Ahí dejo mi corazón: esto no es un modo de decir. Hijos míos, gracias a Dios, gracias a vosotros y gracias a Santa María de Luján, porque he venido y porque me iré, pero volveré, y, además, me quedaré”. (Jorge Rouillon)
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