Cuaresma, tiempo para escuchar al Señor




Puerto Iguazú (Misiones) (AICA): El obispo de Puerto Iguazú, monseñor Marcelo Raúl Martorell, comentó la escena evangélica de la Trasfiguración del Señor en el monte Tabor, que se leyó en las misas celebradas durante el segundo domingo de Cuaresma. El prelado sostuvo que es necesario escuchar a Jesús para poder vivir los mandamientos de Dios, para transitar la vida con fe y con esperanza.

El obispo de Puerto Iguazú, monseñor Marcelo Raúl Martorell, comentó la escena de la Trasfiguración del Señor en el monte Tabor, que se leyó en las misas celebradas durante el segundo domingo de Cuaresma. El prelado sostuvo que es necesario escuchar a Jesús para poder vivir los mandamientos de Dios, para transitar la vida con fe y con esperanza.

Monseñor Martorell comentó las lecturas propuestas por la liturgia. Explicó que la entrega y el sacrificio de Isaac por parte de su padre Abrahán es figura en el Antiguo Testamento del sacrificio del Redentor.


El obispo también comparó el sacrificio de Abrahán con su hijo Isaac, que es figura del sacrificio de Cristo en la Cruz: “Vemos en Isaac cargando sobre sus espaldas la leña para su propio sacrificio, a Cristo que sube al Calvario cargando el leño de la Cruz y sobre aquel madero extiende su cuerpo ofreciéndose libremente a su pasión. Hemos de entender esta figura de la siguiente manera: así como en Isaac, liberado de la muerte, se cumplieron las promesas divinas, también en Cristo resucitado de la muerte, brotan para el mundo y la existencia humana los frutos de la salvación eterna”.


Monseñor Martorell reconoció que Jesús vino a sufrir una muerte deshonrosa, escándalo para los judíos y dolor para sus discípulos. Por eso, explicó, el Señor muestra a sus discípulos Pedro, Santiago y Juan, una visión anticipada de la gloria en la que reinará.


“Ellos –comentó- serán testigos privilegiados del escándalo de la cruz pero también del gozo de la eternidad junto al Padre. Los discípulos, acostumbrados siempre a verlo en su aspecto humano, un hombre entre los hombres, ahora contemplan su divinidad y ven el rostro luminoso del Hijo de Dios”.


El obispo destacó la necesidad de todo cristiano de escuchar a Jesús para poder vivir los mandamientos de Dios. “Escucharlos y obedecerlos en la fe para poder vivir en armonía con Dios los días de nuestra vida”, aseguró.


“Oír a Jesús en el Evangelio fortalece nuestra fe, como la experiencia del monte Tabor fortaleció la fe de los Apóstoles. Experiencia de fe en la que no estará ausente ciertamente la gloria del Tabor, pero en la que también estará presente el calvario, la muerte, la negación de sí mismo a la posesión de la propia vida. Sólo en la fe podremos obedecer y comprender, como lo hizo Abrahán, María, los apóstoles y los santos de todos los tiempos”, concluyó el prelado.+


Texto completo de la homilía



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