Según sus compañeros, el padre Ostojic "murió bien preparado para ese momento". Antes de expirar, y en la solemnidad de la Asunción de María, el religioso pronunció en croata “Virgen Santísima ayúdame”.
El domingo 16, a partir de las 10, comenzó el velatorio del sacerdote. La misa de cuerpo presente estaba programada para este lunes 17 de agosto, a las 10, en las instalaciones del Instituto Cardenal Stepinac.
El Papa, en la visión de su confesor
Tiempo atrás, a través de un portal croata, se conoció en Buenos Aires una carta que el sacerdote franciscano envió a su hermano Mario Marcos, nacido en la Argentina pero que actualmente vive en Zagreb, Croacia. En la misiva el sacerdote ofrece una visión particular del papa Francisco.
Entre otras cosas, fray Berislao decía que los medios de comunicación del mundo “cantan loas al nuevo Papa”, sin embargo recomendaba evitar "la telaraña de entusiasmos ingenuos”, ya que “la experiencia nos enseña que, con frecuencia, quienes hoy exaltan, mañana, por razones ideológicas, de buenas a primeras se ubican en la vereda opuesta”.
Fray Berislao agregaba: “Basta pensar qué sucederá cuando el Santo Padre reafirme el valor de toda vida humana y pronuncie un claro NO al aborto, y qué se dirá cuando ratifique el matrimonio entre un varón y una mujer”, y muchas otras cuestiones sensibles. Entonces “muchos entusiastas superficiales cambiarán de vereda, y le harán sentir el peso de la cruz que no se negocia en desmedro de la verdad del Evangelio”.
En otro párrafo se refería a su permanente pedido de rezar por él. En esta sencilla petición, decía el padre Ostojic, “se contiene su concepto de la autoridad, que es servicio, y como tiene los pies sobre la tierra y no vive de ilusiones, sabe muy bien que el tentador no duerme y que los tesoros de gracia se llevan en vasos de barro. Esto es puro realismo humano y espiritual”.
Al plantearse de dónde le viene “la audacia de los gestos, la alegría del servicio”, el fraile franciscano explicaba: “Desde mi percepción personal la cosa me parece clara. La columna vertebral, desde la que se articulan los gestos y las palabras, hay que buscarla y se la reconoce en su actitud orante, en la capacidad de estar frente al Sagrario y abrevar en la intimidad con Cristo las riquezas con las que Jesús llena los corazones que se le abren para que los ilumine y los fortalezca”.
Fray Ostojic relataba que Bergoglio, en la homilía que pronunció en la consagración del obispo de Azul, monseñor Hugo Salaberry, jesuita, al referirse a las dificultades que se presentarían en la vida de obispo, “cuando todo parece oscuro”, lo exhortaba: “Entonces, aprendé a pelarte las rodillas ante el sagrario. Él, Jesús, jamás defrauda”.+
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