Mons. Arancedo: “El perdón comienza con una vida nueva”

Mons. Arancedo: “El perdón comienza con una vida nueva”

Santa Fe (AICA): “Los sacramentos no son algo mágico, son un encuentro de fe con Jesucristo. La confesión, el sacramento de la reconciliación, supone un acto de arrepentimiento y un acercarse al sacramento con una actitud de dolor y con una disposición de cambio en la vida. La gracia del sacramento que nos comunica el perdón, que es el comienzo de una vida nueva, actúa sobre un corazón abierto y disponible. Por ello es importante la predicación de la Palabra de Dios que nos pone en contacto con esta historia de la salvación”, aseguró el arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, monseñor José María Arancedo.

El arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, monseñor José María Arancedo, recordó que Jesucristo funda la Iglesia sobre “los apóstoles presididos por Pedro, hoy Francisco, para dejarnos en ella su Palabra y los sacramentos. No es posible creer en Jesucristo y no creer en su obra que es la Iglesia, animada por su Espíritu. San Cipriano decía: ‘Nadie puede tener a Dios por Padre si no tiene a la Iglesia por madre’”.

“La fe en Cristo debe incluir la fe en la misión de la Iglesia”, sostuvo en su reflexión semanal.

El prelado advirtió que “los sacramentos no son algo mágico, son un encuentro de fe con Jesucristo” y precisó que “la confesión, el sacramento de la reconciliación, supone un acto de arrepentimiento y un acercarse al sacramento con una actitud de dolor y con una disposición de cambio en la vida”.

“La gracia del sacramento que nos comunica el perdón, que es el comienzo de una vida nueva, actúa sobre un corazón abierto y disponible. Por ello es importante la predicación de la Palabra de Dios que nos pone en contacto con esta historia de la salvación”, subrayó.

Monseñor Arancedo señaló que “aquel encuentro de la mujer adúltera con Jesucristo, como la de todo pecador, hoy es posible a través de la gracia del sacramento de la reconciliación” y destacó la importancia de “escuchar la reflexión que Francisco nos hace a los sacerdotes: ‘Cada uno de nosotros, dice, ha recibido el don del Espíritu Santo para el perdón de los pecados, de esto somos responsables. Ninguno de nosotros es dueño del Sacramento, sino fiel servidor del perdón de Dios’”.

“Cuaresma es un tiempo para este encuentro”, concluyó.+

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