Mons. Lozano sugirió leer de manera íntegra y serena el mensaje del Bicentenario
“No pretendemos realizar un análisis sociológico ni político, sino una ‘reflexión pastoral’ para ‘dar gracias por el legado que nos dejaron nuestros mayores, interpretar nuestro presente a la luz de nuestra fe y decir una palabra esperanzadora, siempre iluminada por el Evangelio’”, aclaró en su columna semanal.
El prelado precisó que el texto busca “abrir el futuro para una Argentina fraterna y solidaria, pacificada y reconciliada, condiciones capaces de crear una Nación para todos”.
“También decimos que ‘nuestra democracia ha sido catalogada como democracia joven o en transición, como varias de Latinoamérica. Sin embargo, creemos que la democracia es el sistema político más coherente con la dignidad de la persona humana y se sustenta en la realidad de ser pueblo’”, subrayó citando el punto 17
El obispo gualeguaychense detalló que en el capítulo III se hace referencia a “algunos males de la casa común”: la corrupción, el narcotráfico y la cuestión ambiental, y compartió algunos párrafos:
“Todo lo que afecta a los valores sociales y a la vida íntegra de cada argentino es un atentado contra la casa común: el principal de nuestros males es el desencuentro que no nos deja reconocernos como hermanos, a lo que le sigue la corrupción generalizada, la plaga del narcotráfico y el descuido del medio ambiente. Estos son algunos ejemplos que muestran que la gran familia de los argentinos está en riesgo y que la casa que compartimos puede resquebrajarse”, advirtió en relación con el punto 47.
Monseñor Lozano hizo una breve descripción de estos tres males que, recordó, habían sido abordados en otras declaraciones episcopales.
“La corrupción no es solo un problema personal que atañe al corrupto, sino que alcanza al conjunto de la sociedad. Es fundamental que el Poder Judicial se mantenga independiente de las presiones de cualquier poder y se sujete solo al imperio de la verdad y la justicia.”(48)
El Papa Francisco lo dice claramente: «Esta llaga putrefacta de la sociedad es un grave pecado que grita hacia el cielo pues mina desde sus fundamentos la vida personal y social. Es un mal que se anida en gestos cotidianos para expandirse luego en escándalos públicos».” (49)
“Hoy nadie duda que el narconegocio está ampliamente instalado en la Argentina. No es una sensación, y mientras se discute si el país entero es una ruta de paso, de consumo o si ya tenemos producción en el país, lo cierto y tristemente comprobable es que un silencioso y perverso mal social se extiende con progreso geométrico y sigue matando y destruyendo familias a su paso. Negar la realidad de esta miseria humana que aspira a corromperlo todo, nos puede llevar a una inacción que favorecerá el avance de esta sombra luctuosa sobre nuestra geografía.” (51)
“La celebración del Bicentenario nos compromete con las generaciones futuras y el cuidado de la casa común. En nuestro país abundan los descuidos con respecto al medio ambiente. Es necesario por ello crear una «agenda ecológica». Hay que ser rigurosos con la adopción de medidas que fortalezcan la utilización responsable de los recursos naturales a partir de la licencia social, es decir, la aceptación de las poblaciones que podrían verse afectadas por emprendimientos agroindustriales, mineros y extracción de hidrocarburos”, concluyó refiriendo al punto 61.+
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