Lo informó la oficina de prensa de la Santa Sede, precisando que se trata de una casa hogar que recibe a niños cuya dificultad ha sido señalada por los servicios sociales y por el tribunal, debido a condiciones de malestar personal, familiar o social. La casa hogar está compuesta por cinco casas y en cada una de ellas viven un máximo de seis niños y niñas hasta una edad máxima de 12 años, junto con una responsable que es llamada “Mamma SOS”.
Pablo y María, que dirigen la estructura, le contaron al papa Francisco la historia del joven austríaco estudiante de medicina, Hermann Gmeiner, que después de la II Guerra Mundial viendo a tantos niños huérfanos abrió en Austria una de estas estructuras, desarrollando un modelo educativo cercano al de una verdadera familia, contraponiéndolo al modelo de los orfanatos existente en esa época.
Niños y niñas de la estructura le mostraron al Papa la zona verde, la cancha de fútbol, el pequeño parque con juegos. También sus habitaciones y sus juguetes. El Papa escuchó sus historias y se detuvo para una pequeña merienda.
Los ‘Villaggi SOS” están estructurados para apoyar a los niños durante su crecimiento, acompañándolos de la manera más similar a la de una verdadera familia a través de las diversas etapas del crecimiento y de integración en la sociedad. Los niños de hecho son acompañados a la escuela, frecuentan la parroquia y hacen deporte.
Los profesionales residentes o no residentes, o los voluntarios que trabajan en el centro, le dan seguimiento a los niños a través de los años, contribuyendo a crear relaciones humanas estables que les ayudan a alcanzar una autonomía adecuada.
En la estructura están presentes también jóvenes más grandes, que decidieron quedarse cerca del Centro para seguir teniendo un punto de referencia y para dar una mano en las actividades cotidianas.+
Publicar un comentario