Al cierre de la reunión extraordinaria, los obispos invitaron a los colombianos a asumir la situación actual del país como un tiempo de responsabilidad y esperanza, que exige reafirmar nuestro compromiso en el anuncio y trabajo por la paz de Colombia.
Durante dos días los obispos estuvieron reunidos en la sede de la Conferencia Episcopal, en un clima de oración y discernimiento reflexionaron frente a la realidad del país.
“Nos hemos reunido en ambiente de oración y de diálogo fraterno, para analizar el momento que vive nuestra patria, para discernir lo que Dios quiere de nosotros y para establecer los caminos pastorales que debemos recorrer” escriben en el mensaje, firmado por el presidente de la Conferencia Episcopal Colombiana (CEC), el arzobispo de Tunja, monseñor Luis Augusto Castro Quiroga.
Con la certeza de que “es Dios quien dirige la historia y está siempre presente en medio de su pueblo”, el texto reitera que la iglesia católica nunca dejará “de anunciar la paz y de trabajar por ella; ésta es un derecho, un deber y una necesidad de todos”.
Interpretando el sentir del pueblo colombiano, los prelados hicieron un llamado al Gobierno Nacional y a las FARC-EP para que se llegue pronto a un acuerdo definitivo y se mantenga indefinidamente el cese de hostilidades.
“Solicitamos al presidente de la República y a las instituciones responsables del país que acojan los aportes que están surgiendo de diversos miembros de la sociedad, para configurar este proyecto, que dé unidad nacional y que dé respuesta a los múltiples problemas que tenemos: unidad de los colombianos, defensa de la vida y de la familia, educación, participación política, solidez de la democracia y de las instituciones, víctimas de la violencia, narcotráfico, corrupción, crisis de la sanidad, crisis de la justicia, igualdad social, ideología de género”.
“Es imposible configurar un proyecto común para el país sin determinar y afrontar las causas de los males que hoy nos aquejan” concluye el texto, reiterando que “este es un momento de responsabilidad y de esperanza”.
La declaración completa de la CEC puede leerse aquí. +
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