La imagen estuvo dos meses en el taller de restauración de la licenciada Alicia Beltramino, donde se trabajó sobre ella y pudieron precisarse además algunos datos sobre su origen, cercana a cumplir 300 años.
Los fieles acompañaron la misa de bienvenida, en la que actuaron dos coros que homenajearon a la Inmaculada Concepción de María. Al día siguiente, la imagen fue trasladada en caravana, escoltada por agrupaciones gauchas, instituciones de ambas localidades y autos particulares hasta las tierras del Tiyú. En la entrada de Villa Concepción, los devotos esperaban a la Virgencita con banderas y pañuelos, y se dirigieron en procesión hacia el santuario, donde luego de la misa se la colocó en el camarín.
Con emotivas palabras, monseñor Buenanueva dio la bienvenida a la Madre: “¡Bienvenida Madre a tu casa! Nos sentíamos un poquito huérfanos. Tus manos abiertas están de nuevo esperándonos para recibir nuestras oraciones, nuestras lágrimas y nuestros deseos. También para alentarnos a vivir, con vos y como vos, la hermosa aventura de llevar la misericordia, la ternura y la compasión de Dios al corazón de nuestro mundo herido”, expresó.
La Virgencita, testigo de la historia
La imagen de la “Virgencita” acompañó al pueblo de la región desde el siglo XVIII, y el santuario, ubicado junto al antiguo camino real hacia Santa Fe fue escenario y lugar de paso de sucesos importantes de la historia de la Patria. En 1851, una crecida del río Xanaes arrasó con el pueblo, que se vio forzado a buscar tierras altas y escapó llevando sólo la imagen de la Virgen. El santuario fue visitado también por monseñor Esquiú y por el próximamente santo Cura Brochero.+
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