Mons. Aguer animó a las familias de los jóvenes que se suicidaron en Villa Elvira
El prelado llamó a las familias de los fallecidos y vecinos a "vivir una fe profunda que fundamente nuestra esperanza y alimente nuestra caridad. Debemos tener el valor del perdón, confiar en la misericordia de Dios, y ser el pueblo de la Vida y la 'vida en abundancia'".
Al comentar el evangelio del día, en que los apóstoles le piden a Jesús que aumente su fe, el arzobispo agregó: "El don de la fe debemos pedirlo y agradecerlo todos los días”.
“En el barrio debe reinar el Señor de la Paz. Acá quien tiene que reinar es Dios", sostuvo.
Después de la misa, monseñor Aguer, junto con las Hermanas Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará (Familia del Verbo Encarnado), que atienden el Oratorio, además de familiares de los jóvenes fallecidos, vecinos y niños que concurren a catequesis y apoyo escolar, se dirigieron hacia la esquina donde se reunían los muchachos.
Allí, frente a una imagen del Sagrado Corazón de Jesús, el prelado hizo la oración que se reza en estos casos, y mantuvo encuentros emotivos con madres y familiares de los adolescentes.
En tanto, la Madre Harissa, superiora provincial del instituto, le agradeció a monseñor Aguer “todo su apoyo, cercanía, preocupación y ocupación de todos estos meses” y confió a los Santos Custodios, a todos los niños, especialmente a los más vulnerables.+
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