“Villa Elvira -comenzó diciendo- es un suburbio de La Plata. Suburbio puede parecer una palabra despectiva pero no es este el caso pues tiene zonas muy lindas aunque también zonas muy abandonadas y allí en esas zonas muy abandonadas es donde han ocurrido cosas tremendas semanas atrás: han habido cuatro suicidios de adolescentes, uno tras otro”.
“Algunos dicen que hubo un pacto de muerte entre esos chicos que tenían entre 17 y 20 años. ¿Cuál es la razón? ¿Cuál es la causa? ¿Por qué ha ocurrido esto? Esto no es una elucubración mía sino que se está investigando y son las causas que van apareciendo: en primer lugar la pobreza extrema en ese lugar; segundo, chicos de familias desastradas donde en algún caso no tienen padres, la mamá sale a trabajar y el chico está todo el tiempo en la calle, son chicos que no han acabado su escolaridad y son los que llaman “ni-ni” o sea ni estudian ni trabajan; y el otro factor es la droga porque allí, en Villa Elvira, la droga hace estragos”.
“Todo el tiempo se está hablando en la Argentina del combate contra la droga. No digo que no se haga pues creo que se está haciendo pero por lo visto el problema es gravísimo. Además hay una red de complicidades tremendas donde medio mundo está metido en el negocio de la droga y estas son las víctimas, los chicos que consumen “paco” y así quedan destruidos”.
“Y hay otro ingrediente más que es de índole religiosa o mejor dicho supersticiosa en esos suicidios: allí había un templo umbanda y parece que el tipo que estaba se fugó después de lo que ha ocurrido, porque tiene mucho que ver con esto y las supersticiones que ese tipo de “religiones” difunden como el “ouija”, el juego de la copa, y demás. Los estudios serios que se están haciendo sobre este asunto, tanto teológico como pastoral, llevan a la conclusión de que detrás de todo esto está un personaje que, a ustedes, ni se les iba a ocurrir y que es el Diablo. Sí, tal cual. Por eso, nosotros estamos haciendo allí una tarea pastoral muy fuerte a pocos metros, en calle 89 entre 12 y 13, en un Oratorio Don Bosco atendido muy bien por las Hermanas Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará que hacen un trabajo admirable con los chicos más chicos”.
“Ahora queremos, desde la arquidiócesis de La Plata, llevar allí los proyectos que están elaborando y realizando los jóvenes que trabajan, por ejemplo, en Pastoral Universitaria. Uno de esos proyectos se llama “Manos a la Obra” y el otro es “Proyecto Magis”. Ellos se instalan en un lugar un tiempo conveniente, 15 o 20 días o un mes y hacen diversas tareas desde lo material hasta lo espiritual”.
Monseñor Aguer se refirió a la situación de ciertos lugares periféricos de la Argentina. “El Santo Padre Francisco dice que hay que ir a las periferias y habla de las periferias geográficas y existenciales, y vean cómo aquí se juntan lo geográfico y lo existencial, porque aquí adolescentes que están en la flor de la vida se quitan la vida, quiere decir que sienten que no tienen futuro, tienen el alma vacía. Entonces hay algo por hacer aquí y es una tarea de los pastores de la Iglesia. Por eso, tratamos de ocuparnos lo mejor que se pueda pero es una tarea de todos. Tenemos que rezar por esto y tenemos que hacer nuestro aporte en la medida de lo posible, en la medida que corresponda a nuestra ubicación sea por lo que fuere que tenemos que hacer en el mundo, sea por nuestras vinculaciones y demás”.
“Tenemos que hacer algo para que sectores vastísimos del pueblo argentino que viven sumergidos puedan salir a la superficie y vivir plenamente como corresponde a la condición humana. Hace poco, el Observatorio de la Deuda Social de la UCA decía que de los menores de 17 años un 40% son pobres. Las cifras siempre se pueden discutir, pero yo subrayaría que esto no se trata sólo de pobreza material, sino que esta va unida a la pobreza educacional, familiar, cultural, espiritual”.
Por último el arzobispo platense manifestó que “los católicos estamos para ayudar como comunión de fe porque esos chicos que se suicidaron estaban bautizados. Por eso como comunidad de fe tenemos que ayudar a que la Iglesia crezca y que todos los miembros de ella vivan plenamente su humanidad y van a vivir plenamente su humanidad si creen en Jesús, si tienen a Jesús en su corazón. Recemos por estos chicos difuntos y recemos también por estos trabajos que son muy difíciles de realizar pero que son insoslayables”.+
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