El Papa animó a los Pasionistas a ser ministros de curación espiritual y de reconciliación
“Estas tres palabras: gratitud, profecía y esperanza expresan el espíritu con el que desean estimular a su Congregación para que se renueve en la misión”, comenzó diciendo el pontífice a los Pasionistas.
Francisco recordó a los religiosos el lema que su fundador, San Pablo de la Cruz, se dio a sí mismo y a sus compañeros: “Que la Pasión de Jesucristo esté siempre en nuestros corazones”.
“San Pablo de la Cruz quería que sus comunidades fueran escuelas de oración, donde se pudiera experimentar a Dios. Vivió su santidad misma entre la oscuridad y la desolación, pero también con una alegría y una paz que tocaban el corazón de quienes lo encontraban”, dijo el Papa a los pasionistas.
El Santo Padre agregó: “En el centro de su vida y su misión está la Pasión de Jesús” y les señaló que “el voto que los distingue, con el que se comprometen a mantener vivo el recuerdo de la pasión, los coloca al pie de la Cruz, desde donde fluye el amor de Dios que sana y reconcilia”.
“Los animo –dijo Francisco- a ser ministros de curación espiritual y de reconciliación, tan necesarias en el mundo de hoy, marcado por antiguas y nuevas llagas. Sus constituciones los llaman a dedicarse por completo a la evangelización y reevangelización de los pueblos, prefiriendo a los más pobres en los lugares más abandonados”.
“Su cercanía a las personas, expresada tradicionalmente a través de las misiones populares, la dirección espiritual y el sacramento de la Penitencia, es un precioso testimonio. La Iglesia necesita ministros que hablen con ternura, escuchen sin condenar y reciban con misericordia”, dijo el Papa a los religiosos pasionistas.
“La Iglesia hoy siente fuertemente la llamada a salir de sí misma e ir a las periferias, tanto geográficas como existenciales. Su compromiso de abrazar las nuevas fronteras de misión implica no sólo entrar en nuevos territorios para llevarles el Evangelio –señaló el Papa– sino también afrontar los nuevos desafíos de nuestro tiempo, como la migración, el secularismo y el mundo digital. Esto significa estar presente en aquellas situaciones en las que la gente percibe la ausencia de Dios, y tratar de estar cerca de los que, de cualquier manera o forma, están sufriendo”.
En esta época de cambio, afirmó el papa Francisco, que es más bien un cambio de época, están llamados a estar atentos a la presencia y a la acción del Espíritu Santo, leyendo los signos de los tiempos. “Las nuevas situaciones requieren nuevas respuestas. San Pablo de la Cruz fue muy creativo al responder a las necesidades de su tiempo, reconociendo –como dice en la Regla– que el amor de Dios es el más ingenioso y no se manifiesta tanto en las palabras como en las obras y en los ejemplos de los que aman. La fidelidad creativa a su carisma les permitirá responder a las necesidades de los hombres de hoy, permaneciendo cerca de Cristo sufriente para llevar su presencia a un mundo que sufre”.
Refiriéndose a los muchos ejemplos de santidad que esta Congregación ha dado al pueblo de Dios, como San Gabriel de la Dolorosa, el papa Francisco resaltó, la fecundidad de su carisma y dijo que esto representa modelos para inspirar sus opciones apostólicas. “La fuerza y la sencillez de su mensaje, que es el amor de Dios revelado en la Cruz, puede todavía hablar a la sociedad de hoy que ha aprendido a no confiar sólo en las palabras y a dejarse convencer sólo por las obras. Para muchos jóvenes que buscan a Dios –precisó el Papa– la Pasión de Jesús puede ser una fuente de esperanza y de valor, enseñándoles que todos son amados personalmente y hasta el final. Que su testimonio y su apostolado continúen enriqueciendo a la Iglesia, y que permanezcan siempre cerca de Cristo crucificado y de su pueblo sufriente”.
Por último el Santo Padre impartió sobre los presente la bendición apostólica. “Imparto de todo corazón, a ustedes capitulares y a toda la familia Pasionista, para que los acompañe en su camino. Por favor no se olviden de rezar por mí. Gracias”.+
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