Tras salir de la localidad de La Tordilla, la 8ª Cabalgata Brocheriana, con el padre Jorge Rearte, misionero redentorista, al frente, llegó a la Rural de San Francisco el pasado viernes a las 11. Por la tarde, los jinetes recorrieron los barrios de la ciudad llevando la “música de Brochero” a los vecinos, acontecimiento que se constituyó en “una fiesta”.
Al caer la tarde, los peregrinos, acompañados de una nutrida concurrencia de fieles se dieron cita en la Plaza General Paz, frente a la catedral, para inaugurar el monumento al Santo Cura Brochero.
La estatua del cura santo fue realizada por el artista sanfrancisqueño Damián Bolaños. La iniciativa partió de un ciudadano, el doctor Roberto Moreno, ferviente brocheriano, que sugirió hace dos años dedicar una calle al santo o, al menos, levantar un monolito. Finalmente, la iniciativa se concretó en la forma de una estatua hermosa que mira hacia la catedral.
Brochero está allí a pie, caminando como misionero, con el poncho al hombro y el sombrerito alón. En su mano izquierda lleva el rosario, expresión de su amor a la Purísima. Con la derecha estrecha a su pecho el libro de los evangelios. “Ahí está el corazón de Brochero: el Evangelio de Jesús que alimenta su vida y que él quiere dar a conocer a todos”, afirmaron desde el obispado.
“San José Gabriel Brochero posee tal estatura espiritual y humana que, desde su esencial identidad cristiana y sacerdotal, es también un modelo inspirador de vida ciudadana. Como reza la placa debajo del monumento: cordobés, sacerdote y santo”, agregaron.
Finalmente, el obispo local, monseñor Sergio Buenanueva presidió la Eucaristía en la catedral San Francisco de Asís junto con los sacerdotes de la ciudad y los misioneros presentes.
Un sacerdote cabal, en alma y cuerpo
En la homilía, el prelado destacó que Brochero “fue sacerdote cabal, de los pies a la cabeza, en alma y cuerpo” y recordó: “Lo fue con ese dinamismo que él mismo describió cuando dijo de sí: ‘Estos trapos benditos que llevo encima no son los que me hacen sacerdote; si no llevo en mi pecho la caridad, ni a cristiano llego’”.
“Impulsado por la caridad del Buen Pastor realmente lideró un proceso espiritual que impactó en todos los niveles de la vida. Aun hoy lo podemos apreciar”, aseguró.
Monseñor Buenanueva detalló las actitudes del santo que el artistas plasmó en la estatua y reflexionó: “Argentina, Córdoba y San Francisco son muy distintas a como eran en los tiempos que vieron las andanzas de nuestro Santo Cura Gaucho. Sin embargo, él inspira nuestras propias andanzas evangelizadoras”.
“No es la imitación exterior, sino el espíritu brocheriano – el que la Cabalgata se empeña en difundir – el que tenemos que dejar entrar en nuestras vidas”, señaló, y precisó: “El Evangelio no necesita operadores ni estrategias de poder. Busca y siempre encuentra corazones humildes que le ofrecen su transparencia para que, a través de sus vidas, la luz de la Buena Noticia de Jesús siga iluminando cada rincón del mundo”.
“El Año Mariano está entrando en su fase final. No terminará, sino que dejará paso al Año Misionero Diocesano. El Espíritu que fecundó a María la hizo a ella la más entusiasta misionera. Ese mismo impulso es el que vemos en Brochero y (Mama) Antula. Es el que soñamos para nosotros y para nuestra Iglesia diocesana”, concluyó.+
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