Mons. Canecín: “Escuchemos el clamor de los jóvenes”
“Jesucristo es el único camino que nos lleva al Padre, porque nadie va al Padre sino es por Jesús”, dijo al comenzar monseñor Canecín, en referencia al ciego Bartimeo. Luego recordó las actitudes de escucha, acompañamiento y testimonio, que mencionó el papa Francisco en la clausura del Sínodo y expresó que “ahora comienza la tarea”, porque “escuchar no es lo mismo que oír, sino que tenemos que involucrarnos con la mente y el corazón. Mirar a los ojos y escuchar, esa es la primera actitud que brota del Evangelio”
“¿Cuántos gritos escuchamos hoy?”, preguntó el prelado a los presentes y añadió: “Hoy escuchamos los clamores de la pobreza que a veces incomoda, la droga dependencia que creció, la violencia, la inseguridad…”, sostuvo. “Un discípulo de Jesucristo siempre tiene que detenerse y escuchar el clamor de los demás”, afirmó.
“Cuántas veces se quieren hacer callar los gritos, cuando son disonantes y no son de los nuestros”. “A veces, hasta los curas queremos hacer callar a los laicos o consagradas” reconoció. “Miremos a Jesucristo que no actuó de esa manera. Tengamos siempre una actitud de escucha”, aconsejó monseñor Canecín.
Se refirió a la pastoral de la Iglesia y a la necesidad de renovarla y transformarla en una “pastoral de la escucha, porque la gente tiene muchas cosas para contar y decir”. “Jesucristo se detuvo y escuchó”, porque a Él “nada le fue indiferente y nunca pasó de largo, como buen samaritano se detuvo a escuchar a quien estaba al borde del camino”, observó.
Haciendo referencia a la actualidad, el obispo cuestionó: “¿Cuántos clamores brotan? ¿Cuántos gritos como los de Bartimeo? ¿Cuánta gente no tiene hoy la contención que necesita, clama, y grita reclamado contención?”. Y, haciendo propias las palabras de Francisco, asumió: “¡Qué importante es para nosotros escuchar la vida, escuchar el grito del que pide ayuda!”.
“Estar al borde del camino es sinónimo de marginalidad y de abandono”, graficó, y lo comparó con la cultura de descarte que atravesamos hoy. El obispo de Goya propuso ante esto una “actitud de escucha”: primero a Dios que “me habla en la Palabra, en la conciencia, en la realidad, y en el silencio”. Y, en segundo lugar, mencionó el acompañamiento en el camino de la fe: “hacerse prójimos, en actitud de proximidad. Hacerme próximo a mis hermanos, como Jesús que se hizo cargo del que estaba al borde del camino”.
“Jesús, al igual que s Bartimeo, nos pregunta: ‘¿Qué quieres que haga por ti?’”, expresó a los presentes. “Escuchemos los clamores de los jóvenes con el flagelo de la droga en esta ciudad de Goya”. “Los goyanos seguimos mirando para otro lado. Es impresionante como está la droga instalada en nuestros barrios, no tenemos una pastoral de las adicciones organizada”, se lamentó monseñor Canecín
“Nos están matando nuestros jóvenes, en la conducta vial somos espectadores de la muerte”, relató. En ese sentido, destacó que en el departamento de Lavalle “ya estamos abordando esta problemática vial: qué bueno sería que también en este departamento de Goya articulemos acciones desde el ámbito municipal con la Iglesia y las otras religiones para dar respuesta a los desafíos que nos superan”.
Exhortó a toda la comunidad a “hacernos cargo”, “no seguir mirando para otro lado” y “no ser espectadores” de la realidad presente. Porque “Jesucristo no actuó así”, sostuvo. “No es cristiano esperar que los hermanos que están en busca llamen a nuestras puertas; tendremos que ir donde están ellos, no llevándonos a nosotros mismos, sino a Jesús”, dijo al concluir.+
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