Mons. D'annibale: Juan Pablo II, un servidor

Mons. D'annibale: Juan Pablo II, un servidor

San Martín (Buenos Aires) (AICA): Con una misa presidida por el obispo de San Martín, monseñor Miguel Ángel D’Annibale, la comunidad de la capilla Nuestra Señora Reina de Polonia, en la Misión Católica Polaca de la localidad bonaerense de Martín Coronado, conmemoró el 40º aniversario de la elección como Papa de San Juan Pablo II. Finalizada la misa, compartió su testimonio la señora Floribeth de Fátima Mora Díaz, curada de un aneurisma cerebral por intercesión de Juan Pablo II.
Al cumplirse 40 años de la elección como Papa de San Juan Pablo II, la comunidad de la capilla Nuestra Señora Reina de Polonia en la Misión católica Polaca, de la localidad bonaerense de Martín Coronado, celebró una misa, presidida por el obispo de San Martín, monseñor Miguel Angel D'Annibale.

En su homilía, el obispo se refirió al Evangelio del domingo. Al respecto, destacó que “Jesús sabe tocar nuestro corazón y sabe que en nuestro corazón también están las ambiciones, no podemos negarlas”, reconoció. “Y los propios apóstoles, aquellos que comparten la vida con Jesús, aquellos que saben que están invitados al servicio y que ven a un Jesús servidor, porque no pueden negar que ven a un Jesús que está al servicio de la gente”, ellos mismos, que llegaron a decir “nunca vimos nada igual”, recordó el prelado, “le piden los primeros lugares”.

Lo que impacta de este evangelio, indicó monseñor D’Annibale, “primero es la paciencia de Jesús, que conoce el corazón nuestro y lo va llevando, y entonces les dice: miren en las realidades cotidianas que nos mueven, ustedes van a ver la lucha de poder. Lo habló en aquel tiempo y lo seguimos viendo hoy, pero dice una frase que es muy importante que hoy la podamos tener en el corazón: Entre ustedes no debe ser así, esto lo ven, esto lo perciben pero entre ustedes no tiene que ser así”.

En ese sentido, afirmó: “Lo que debe primar entre los cristianos es el servicio, el que quiera ser el primero que se haga el último de todos y el servidor de todos”. Esta consigna, consideró, “nos alienta y nos anima” para servir, para transformar la realidad donde estamos sirviendo, “poniéndonos en último lugar, con la mirada atenta a todos los que nos rodean, y buscando dónde podemos nosotros atender al pobre, al que sufre, al que está lejos”.

Por otra parte, aseguró: “Estamos aquí sin duda porque el martes pasado se cumplieron 40 años del día en que Juan Pablo II fue elegido Papa”, y recordó que fue “un acontecimiento impresionante ver a este hombre tan joven que salía al papado”.

“Yo lo tengo grabado muy adentro del corazón” reconoció, y consideró que quizás “para muchos de nosotros ha sido el Papa de nuestra vida”. El obispo afirmó que “ha marcado muchísimo en nuestras vidas, por eso cuando me invitaron, como obispo muy nuevo que soy, a presidir esta misa, la verdad que el corazón se me llenó de alegría, y estos días voy como mirando y reconociendo tantas cosas de Juan Pablo”, relató, a quien calificó como “un servidor”, y señaló: “tendríamos que tomar el texto del Evangelio de hoy y decir: Juan Pablo II, un servidor. Alguien que captó esto de ‘entre ustedes no debe ser así’ y por eso destaco de él tantas cosas”.

Finalmente, el prelado agradeció a la Iglesia, a Dios, al papa Francisco que lo canonizó, agradecerle su alegría. Siempre hemos visto, hasta quizás al final de su vida ese rostro alegre que cautivaba a tantos, el servicio de la alegría en un mundo que lo necesitaba, el servicio de la paz”, enumeró.

Además, detalló recuerdos como su intervención por la paz de pueblos hermanos como Chile y Argentina; como servidor de los Jóvenes, en las Jornadas Mundiales de Juventud; cuando pasó lo de las Malvinas, el Papa que vino enseguida aquí, en el año 82, a estar con nosotros y aclamar por la paz, y después su gran visita en el año 87 que recorrió Argentina. “Recordamos en el corazón la fuerza que nos daba ese Papa que recorría nuestras tierras, servidor de la alegría, servidor de la paz, servidor de los jóvenes”, destacó.

Por otra parte, en el marco del Día de la Madre, recordó: “Qué linda es la historia de Juan Pablo, que perdió su mamá muy chiquitito y lo llevaron a la imagen de la Virgen, y le dijeron a partir de ahora esta es tu mamá, y el Papa elige como lema ‘totus tuus’ (soy todo tuyo para siempre)”, y dirigiéndose a Floribeth de Fátima Mora Díaz, dijo: “Gracias por estar y nos unimos a tu acción de gracias que será inmensa por la vida y por poder seguir disfrutando de la vida”.

“Que podamos ser servidores como son las madres, las primeras servidoras, o como es la Virgen, que es la gran servidora, y que esto entonces nos ayude, recordemos, como dijo Jesús, ‘entre ustedes que sea de otra manera, que sea el servicio lo que prime’”, concluyó.

Finalizada la misa, compartió su testimonio la señora Floribeth de Fátima Mora Díaz, quien recibió, por intercesión de San Juan Pablo II, una curación milagrosa de su dolencia que posibilitó la declaración del pontífice como Santo.+

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