Inquietud de Mons. Fernández por el número de argentinos "sin religión"
El prelado relativizó las cifras en cuanto al número de católicos y evangélicos en los últimos años, a la que consideró oscilante según quién haga el relevamiento en este punto, pero reconoció que lo que más le inquieta es “el creciente número de personas que se declara sin religión, porque es la tendencia más fuerte”.
“No parece significar una caída en la religiosidad, sino una desconfianza de todo contexto comunitario para vivir la fe, lo que fácilmente puede traducirse en una fe individualista y cómoda”, evaluó.
Es una tendencia que se advierte fuerte al menos desde hace 20 años. En todo caso, esto indica lo acertado del papa Francisco cuando nos invita a volver a lo esencial y a proponer la experiencia del amor de Dios, pero al mismo tiempo nos convoca a vivir el amor fraterno y la justicia”, subrayó.
Texto de la reflexión
Se comentó mucho un estudio de Mallimaci sobre religiosidad en la Argentina que da 63% de católicos y 15% de evangélicos. Sugiero prudencia a la hora de sacar conclusiones, sobre todo después de lo que ocurrió con las encuestadoras en las PASO. Otro reciente estudio, de Voices! arroja, en cambio, un 67% de católicos y un 10% de evangélicos. A simple vista no parecen grandes variantes, pero en realidad es una diferencia de un 50% en el número de evangélicos. Esto va más allá de un margen de error.
También hay que tener en cuenta que estos números bajan y suben fácilmente de acuerdo con las circunstancias. El estudio de Voices! de 2017 daba un 69% de católicos y 9% de evangélicos. Y este detalle de una caída de dos puntos en tan poco tiempo sí podría ser muy importante. La pregunta es qué pasó en ese período tan breve. Pero hubo otro estudio en octubre de 2018 que daba 66% de católicos y 11% de evangelistas, es decir, un punto menos de católicos que en la encuesta de ahora. ¿Por qué este año no bajó más sino que subió un punto?
Las diferencias regionales son notables: especialmente entre La Matanza, CABA, Salta y Santa Cruz, por ejemplo.
Habrá que esperar la Encuesta permanente de hogares para tener datos más certeros. De todos modos, me inquieta más el creciente número de personas que se declara sin religión, porque es la tendencia más fuerte. No parece significar una caída en la religiosidad, sino una desconfianza de todo contexto comunitario para vivir la fe, lo que fácilmente puede traducirse en una fe individualista y cómoda.
Es una tendencia que se advierte fuerte al menos desde hace 20 años. En todo caso, esto indica lo acertado del papa Francisco cuando nos invita a volver a lo esencial y a proponer la experiencia del amor de Dios, pero al mismo tiempo nos convoca a vivir el amor fraterno y la justicia. Renunciar a esta hermosa síntesis para evitar que algunos se vayan no sería un buen negocio y a la larga sería contraproducente.+
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