Mons. Conejero: el año jubilar, tiempo de gracia para la compasión y la solidaridad
“Hemos podido también, ejercer la paciencia, ante tanta miseria humana, propia y ajena”, aseguró en su editorial mensual en el periódico diocesano Peregrinamos.
“Nos duele profundamente la guerra, la destrucción y la muerte de tantos hombres y mujeres, de tantos niños, que sufren la violencia y el odio de quienes no priorizan la paz y el amor por encima de todo. También nos hiere el amor propio de quienes rompen la concordia, la convivencia, la comunión y la fraternidad, alegando ‘justicia’ o vaya a saber qué razones; lo que verdaderamente cuenta para ellos, y manifiestan en sus actitudes y comportamientos, son sus propios intereses, sus ideas, su orgullo y su deseo de dominar despóticamente a los demás”, advirtió.
El prelado pidió a “Dios Padre misericordioso que perdone a quienes crean discordias y disensiones a su alrededor; probablemente “no saben lo que hacen”.
“Nuestra esperanza está puesta en Jesucristo, tal como lo proclama la fe de la Iglesia, por ser Él, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”, subrayó.
“Vivamos intensamente este mes de la clausura del Año de la Misericordia y perseveremos, con humildad y alegría, anunciando el amor de Dios y haciendo el bien a los hermanos, para que cantemos eternamente las misericordias del Señor”, propuso, y concluyó: “Jesucristo sea, por siempre, el ‘Amén’ fiel y misericordioso del Padre y nuestro ‘Amén’ a la voluntad de Dios”.+
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