Mons. Ñáñez llamó a responder a Dios "con total confianza y generosidad"

Mons. Ñáñez llamó a responder a Dios "con total confianza y generosidad"

Córdoba (AICA): El arzobispo de Córdoba, monseñor Carlos José Ñáñez, presidió este domingo 10 de febrero una misa en la cripta Nuestra Señora de Lourdes, del barrio Pueyrredón, en la ciudad de Córdoba. En su homilía, llamó a imitar a Pedro, en su actitud de “confianza total, disponibilidad, generosidad”.
En una misa celebrada en la cripta Nuestra Señora de Lourdes, del barrio Pueyrredón, en la ciudad de Córdoba, el arzobispo, monseñor Carlos José Ñáñez, animó a los fieles a preguntarse qué quiere Dios para sus vidas, sin importar en qué momento se encuentren.

La homilía se centró en el pasaje del Evangelio que narra la predicación de Jesús en Galilea. “No obstante el fracaso que tuvo en su pueblo, en Nazaret, como veíamos el domingo pasado, esta predicación en general, en Galilea, suscita adhesión, admiración. La gente habla maravillada con respecto al Señor, por eso en la escena de hoy vemos que la gente se agolpa en torno al Señor para escucharlo, y Él entonces toma este recurso práctico de subirse a una barca y ahí sentado, como es propio de los maestros, enseñaba”, relató.

“Terminada esa enseñanza, le pide a Pedro que vaya mar adentro, hacia la profundidad, y eche las redes”, continuó el prelado. “Y ahí viene la primera reacción de Pedro, un pescador de oficio, que desde su experiencia reciente y desde lo que él sabe, le dice al Señor: ‘Hemos trabajado toda la noche y no ha pasado nada, además a la luz del día no parece el momento más oportuno para pescar’. Pero Pedro tiene una actitud ejemplar”, señaló el arzobispo, un gesto de confianza en el Señor Jesús: “Pero si tú lo dices echaré las redes”.

“Hemos escuchado el resultado de esa pesca: las redes se llenaron, estaban a punto de romperse, tuvieron que pedir ayuda. Y entonces en una nueva reacción de Pedro, impresionado por lo que ha visto, por aquello de lo cual ha sido testigo, le pide al Señor que se aleje de él porque él es consciente de sus limitaciones y de sus debilidades”, explicó monseñor Ñáñez.

“Frente a la reacción de Pedro, ahí está la palabra de Jesús: ‘No tengas miedo, no temas’, y esa palabra, ‘no temas’ es algo también que en la Sagrada Escritura significa que Dios quiere estar cerca, presente, y ayudar a aquel a quien se le ha manifestado, a aquel a quien le va a pedir algo o le pide algo, entonces Jesús le dice, como cambiando la tarea, la misión de Pedro: ‘En adelante vas a ser pescador de hombres’”, detalló el arzobispo.

“Y entonces frente a eso, la reacción final de Pedro, junto con sus compañeros: Deja todo y sigue al maestro. Una actitud de confianza, de disponibilidad, de generosidad total, que también lo da Isaías, porque purificados sus labios, dice Dios: ¿A quién enviaré? ¿Quién irá de nuestra parte?, e Isaías dice: “Aquí estoy, envíame a mí”, recordó.

“Confianza total, disponibilidad, generosidad. Esto es lo que la palabra nos presenta hoy, en la escena evangélica que ha sido preparada por la primera lectura, la experiencia del profeta en el templo. Pero nosotros preguntamos: ¿Qué dice esto a nosotros?”, planteó el prelado.

En ese sentido, consideró: “Me parece que nos ayuda a pensar en algo muy importante, que todos nosotros hemos sido llamados por Dios como Isaías, como Pedro. Que no estamos simplemente arrojados a la existencia, como quien no sabe de dónde viene ni a dónde va, sino que Dios tiene sobre todos nosotros un proyecto paternal y amoroso. Se trata de que nosotros procuremos descubrir ese proyecto, que lo busquemos, que lo descubramos. Que hagamos un discernimiento frente a las diversas posibilidades, es decir, qué es lo que Dios quiere de mi vida; y que confiando totalmente en Dios, porque es Padre, nosotros le respondamos con total generosidad y procurando ser fieles”, animó.

“Y cualquiera sea la altura de nuestra vida, no solamente el joven que tiene frente de sí toda la vida por delante; también la persona mayor, incluso la que se acerca al final de su vida, pueda preguntarse ¿Qué es lo que Dios quiere de mí? ¿Qué es lo que ha querido en mi vida?, y ¿Qué quiere ahora? Y puesto en una actitud de escucha, confiada, preguntar a Dios, nuestro Señor: ‘¿Qué quieres de mí? ¿Qué tengo que hacer?’ Y entonces procurar ver qué es lo que el Señor está pidiendo, y responder con total confianza y generosidad”, sostuvo.

“Como hizo Isaías, como hizo Pedro, juntó a sus compañeros, le cambió la perspectiva a Pedro. Era pescador y, como dice Jesús, pasó a ser pescador de hombres. Significa que él tenía que dar testimonio de Jesús, de su obra salvadora, reconocerlo como el enviado de Dios, como aquel que nos reconciliaba y transformaba nuestra vida”, aseguró.+

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