Mons. D’Annibale: “Ojalá entremos a la fiesta de misericordia del Padre”
En la parábola comúnmente llamada “del hijo pródigo”, señaló el prelado, “es en realidad el Padre Misericordioso el que está jugándose aquí su amor, su misericordia frente a sus hijos”.
En ese sentido, consideró que este “es el corazón del Evangelio de Lucas”, porque aquí está manifestado “cómo es nuestro Dios y cómo es el Dios de Jesús, como es el Dios que Jesús nos regala”.
“Aquí la manifestación de Dios es una manifestación de un Dios misericordia, lleno de amor, que a aquel que elige caminos equivocados siempre lo espera con los brazos abiertos”, afirmó. “En esta parábola hay que saber bien el destinatario: está claro al principio. Jesús les habla a los fariseos y a aquellos que se creen perfectos y que nunca se equivocan”, señaló.
“Este es el Dios que trae Jesús: un Jesús que sienta a su mesa a aquellos que se equivocan, a aquellos que erran el camino. Se sienta a comer con los publicanos, con las prostitutas, con los drogadictos, con los travestis, con todos aquellos que quizá en su vida tienen caminos que son difíciles y que hay que recorrer”.
“Jesús se sienta a comer con ellos, a nadie deja afuera, Jesús comparte con ellos la vida”, destacó el prelado. En ese sentido, y haciendo hincapié en el hermano mayor, animó a preguntarse si al percibir “un Dios que es capaz de sentarse con tanta gente, soy capaz de entrar allí y sentarme en esa mesa, y compartir esa mesa para crecer y para aprender de todos aquellos que habiendo elegido caminos, van volviendo y van encontrando formas distintas de vivir”, o si por el contrario “me voy quedar afuera con estos fariseos que se creían los perfectos, los pulcros, porque nunca se juntaban con los pecadores”.
“La misericordia de Dios es un compromiso con los que necesitan; la misericordia de Dios se abre al corazón de aquellos que están en las necesidades y arma una mesa para compartir con ellos”, sostuvo monseñor D’Annibale.
“Este evangelio tiene mucha riqueza y por eso va a ser siempre apasionante de vivirlo”, añadió el prelado, y lo comparó con el presente de la Argentina: “Hay muchos que están en la marginalidad, la pobreza, que están en situaciones difíciles. Hay muchos que también hicieron caminos equivocados, y sin embargo necesitamos ir buscando cómo acompañar. Por eso la pregunta final será: ¿Te quedás con tus principios y con tus razones afuera o entrás a la fiesta?”, planteó, y concluyó: “Ojalá entremos a la fiesta de misericordia del Padre”.+
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