Salta (AICA): El arzobispo de Salta y vicepresidente segundo de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Mario Antonio Cargnello, aseguró que la renuncia de Benedicto XVI al ministerio petrino fue “un acto superior de gobierno, un acto de sabiduría”. “El Papa emérito, Benito XVI, fue y es un amigo de sabiduría. Lo recordamos con gratitud en el Señor”, subrayó en una reflexión al cumplirse un año de aquella histórica decisión. “Cuando advirtió que las fuerzas no le daban, en un acto lúcido, humilde y magnánimo nos legó el gesto capaz de inaugurar un tiempo distinto, guiado por nuestro papa Francisco, cuya fecundidad se nutre de su sacrificio y de su plegaria”, aseguró, al pedir que se rece por los dos papas.
“El Papa emérito, Benito XVI, fue y es un amigo de sabiduría. Lo recordamos con gratitud en el Señor”, subrayó en una reflexión al cumplirse un año de aquella histórica decisión.
El prelado apeló a un análisis del nombre para acercarse a la figura “admirada y amada del papa Benito XVI” y recordó que cuando explicó el porqué de la elección del nombre nos remitió al Papa de la Paz (Benito XV) y a San Benito. Desde Benito de Nurcia aparecen dos ejes que iluminan al papa Ratzinger: ‘Nada anteponer al amor de Cristo’ y ‘reza y trabaja’”.
Al referirse al primero, monseñor Cargnello sostuvo que “el pontificado de Benito XVI fue un profundo camino de invitar al Pueblo de Dios y a la humanidad a poner a Dios en el primer lugar y a no temer abrir las puertas a Cristo (siguiendo en esto la llamada del Beato Juan Pablo II). Por eso el lugar de la liturgia en su ministerio petrino y las reiteradas invitaciones a descubrir el paso de Dios en la vida de la Iglesia que resplandece en los santos –piénsese en sus catequesis- y el modo cómo encaró los grandes temas del hombre, por ejemplo en las conferencias magistrales en Ratisbona, en Les Bernardins en Francia, en Washington, o la malograda en La Sapienza en Roma”.
“Su identificación con Jesucristo pasó por el camino de la Cruz. No fue comprendido en muchos sectores. Su exquisita amabilidad, de la cual fuimos testigos tantos obispos, sacerdotes y laicos, no fue propuesta a la opinión pública que más bien se encontró con una presentación no adecuada a la realidad. Su valentía para enfrentar las llagas –muchas pestilentes- de la Iglesia, no siempre recibió el apoyo que merecía y necesitaba”, precisó.
“Ahora lo vemos puesto delante de Jesús, en fecunda plegaria por nosotros. Gracias, Benito, Papa emérito”, subrayó.
El arzobispo salteño destacó que Benedicto XVI “Reza y trabaja. Se presentó como un humilde trabajador. Y toda su vida lo fue. Con la precisión alemana que testifican los cercanos. Sin ahorrar tiempo ni fatiga. Y cuando advirtió que las fuerzas no le daban, en un acto lúcido, humilde y magnánimo nos legó el gesto capaz de inaugurar un tiempo distinto, guiado por nuestro Papa Francisco, cuya fecundidad se nutre de su sacrificio y de su plegaria”.
Por último, monseñor Cargnello sostuvo que “si Benito quiso un renacer de la vida cristiana – como el de Nurcia- , Francisco lo emprende desde la libertad y audacia del Poverello de Asís. Me permito invitar a mis queridos hermanos de esta Iglesia particular de Salta a renovar nuestro amor a la Iglesia y a rezar por Benito XVI con y también por Francisco”.+
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