Mons. Lozano alertó que los jóvenes “ni-ni” son presa fácil del narcotráfico
Gualeguaychú (Entre Ríos) (AICA): El obispo de Gualeguaychú y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, monseñor Jorge Lozano, alertó que los jóvenes “ni-ni”, que no estudian ni trabajan, pueden ser fácilmente captados como mano de obra para bandas de narcotráfico o trabajos de “baja calidad”. También valoró que el Gobierno reconozca que el narcotráfico es un problema, después de que el ministro de Defensa, Agustín Rossi, admitió que ¨la Argentina era un país de tránsito y ahora es un país de consumo. Y lo más grave es que también es un país de elaboración¨. Monseñor Lozano destacó la designación del sacerdote (NdeR: Aunque con dispensa para ejercer el cargo público) Juan Carlos Molina al frente del Sedronar.
El prelado se refirió a esta problemática y la situación social del país en declaraciones periodísticas durante el fin de semana.
También valoró que el Gobierno reconozca que el narcotráfico es un problema, después de que el ministro de Defensa, Agustín Rossi, admitió que "la Argentina era un país de tránsito y ahora es un país de consumo. Y lo más grave es que también es un país de elaboración".
"Reconocer que había narcos en la Argentina era algo que algunos funcionarios lo habían hecho, pero no con la claridad de Rossi", subrayó.
Monseñor Lozano destacó la designación del sacerdote (NdeR: Aunque con dispensa para ejercer el cargo público) Juan Carlos Molina al frente del Sedronar: “Está teniendo una actividad intensa en lo que hace a prevención y esperamos que esta movida dé resultado ante un problema que es gravísimo y que ha ido creciendo notablemente en los últimos años", aseguró.
El presidente de la Pastoral Social sostuvo que la situación de los “ni-ni” es “una seria injusticia en el presente y un grave riesgo a futuro”.
“Hace años que son un grupo necesitado de una asistencia particular. Lo que no se puede hacer es ignorarlos o transformarlos en invisibles”, aseveró.
El obispo insistió en advertir que “estos jóvenes, al haber abandonado -o haber sido expulsados- el sistema educativo hace años, suelen arrastrar frustración y baja autoestima. Están a merced de trabajos llamados de baja calidad, o presa de mano de obra para bandas del narcotráfico”.
“La gran mayoría de ellos tiene un presente desgraciado y un futuro sin perspectiva de inclusión social”, agregó.+
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