Mons. Torrado Mosconi: “El pudor no puede pasar de moda”
Santiago del Estero (AICA): El obispo auxiliar de Santiago del Estero, monseñor Ariel Torrado Mosconi, pidió esta semana que el pudor no pase de moda, y se recupere su sentido como virtud que preserva la intimidad y protege el misterio de la persona, mantiene en reserva la curiosidad malsana y lleva a la discreción en los sentimientos. El obispo llamó a padres y educadores a formar en el valor de la virtud del pudor, explicando claramente a los jóvenes “que el alcohol y las drogas los puede conducir a hacer cosas de las cuales se van a arrepentir, y que pueden dejar heridas que los van marcar para toda la vida”.
El obispo advirtió que las redes sociales “han ido generado una cultura exhibicionista”, en la que pareciera que todo lo que acontece “tiene que ser publicado, y que aquello que no aparece en el mundo virtual es como si no existiera en el mundo real”.
“De esta manera –afirmó- se exponen los sentimientos, los estados anímicos, y la intimidad de las personas sin que haya lugar para la intimidad. Esto también está incentivado por algunos medios masivos de comunicación que exponen continuamente la vida íntima de las personas. Los reality shows y tantos programas de la farándula exponen continuamente la vida íntima de las personas”.
“Ese exhibicionismo también se revela en la exposición de la propia intimidad del cuerpo perdiendo el valor del pudor como virtud”, advirtió el obispo, quien también aseguró que la persona pudorosa sabe diferenciar el ámbito de lo público con la privacidad de la intimidad, tanto en su exposición personal como en el trato con los demás.
Si bien admitió que las formas de las que se reviste el pudor cambian de una cultura a otra, o en épocas, el prelado aseveró que en todas partes constituye la intuición de una dignidad espiritual propia de la persona. “Por tanto –agregó- es imprescindible educar en el pudor a niños y adolescentes despertando en ellos el respeto a la persona”.
Monseñor Torrado Mosconi advirtió que el consumo en exceso de alcohol y la ingesta de drogas genera una desinhibición que lleva a los jóvenes a actitudes de pérdida de su autocontrol, que muchas veces los lleva a exponer su intimidad tanto corporal como sentimental, “autodegradando su dignidad personal”. Del mismo modo, indicó que la virtud del pudor está íntimamente ligada a la virtud de la sobriedad.
El obispo llamó a padres y educadores a formar en el valor de la virtud del pudor, explicando claramente a los jóvenes “que el alcohol y las drogas los pueden conducir a hacer cosas de las cuales se van a arrepentir, y que pueden dejar heridas que los van marcar para toda la vida”.
“Es necesario que los padres se alejen de toda actitud permisiva en esta materia y sepan orientar a los jóvenes en esta cuestión”, pidió.+
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