La resistencia activa no violenta evita la violencia física y espiritual



San Fernando del Valle de Catamarca (AICA): El obispo de Catamarca, monseñor Luis Urbanc, lamentó que la ley del talión, “ojo por ojo y diente por diente” sigue siendo una norma aplicada en las relaciones interpersonales y también entre grupos humanos enfrentados por diferencias de todo tipo”. Tras destacar que “la propuesta de Jesús de responder al mal con el bien, ha tenido muchos seguidores a lo largo de la historia”, citó el caso del pastor bautista, Martin Luther King, premio Nobel de la paz en 1964, y asesinado en abril de 1968, quien decía que “la resistencia activa no violenta evita no sólo la violencia física externa, sino también la violencia espiritual interna” y consideraba que “la base de la no violencia es el principio del amor”.

El obispo de Catamarca, monseñor Luis Urbanc, lamentó que la ley del talión, “ojo por ojo y diente por diente” sigue siendo una norma aplicada en las relaciones interpersonales y también entre grupos humanos enfrentados por diferencias de todo tipo”.

Tras destacar que “la propuesta de Jesús de responder al mal con el bien, ha tenido muchos seguidores a lo largo de la historia”, citó el caso del pastor bautista, Martin Luther King, premio Nobel de la paz en 1964, y asesinado en abril de 1968.


El prelado citó algunas consideraciones de quien consideró “un profeta de la no violencia” y subrayó, sobre todo, su concepto de la “resistencia activa no violenta”, al recordar que éste decía que evita “no sólo la violencia física externa, sino también la violencia espiritual interna”.


“El resistente no violento no sólo rehúsa dispararle a su oponente, sino también a odiarlo. La base de la no violencia es el principio del amor. El resistente no violento argumentaría que en la lucha por la dignidad humana, los oprimidos del mundo no deben sucumbir a la tentación de amargarse o de participar en campañas de odio. Cualquier tipo de argumento a favor de la reacción violenta sólo intensificaría la existencia del odio en el universo”, aseveró citando a King.


El obispo catamarqueño estimó que “otro buen ejemplo de esta espiritualidad no violenta” que propone Jesús es una historia que trae Anthony de Mello en su libro “Un minuto para el absurdo”.


Por último, monseñor Urbanc insistió en que “Jesús fue el primero que tuvo el sentido común suficiente, para romper la cadena del odio que significa la ley del talión. Su palabra, que nos invita a orar por nuestros enemigos, se hizo vida cuando, desde la cruz, pidió perdón al Padre para los que lo estaban matando. Eso es llegar a la perfección a la que nos invita el evangelio. También a nosotros nos incumbe vivir inspirados en la ética del amor, para hacernos perfectos, como el Padre celestial es perfecto”.+


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