Los prelados valoraron la vida, vocación y misión de las mujeres, y citaron como ejemplo algunas de la realidad social argentina.
Mons. José María Arancedo (Santa Fe de la Vera Cruz): “Quiero dar gracias al Señor por la vida, la vocación y la misión de cada mujer en el mundo, que se convierte en un reconocimiento concreto y directo a todas las mujeres, por todo lo que representan para el bien de la humanidad. Recuerdo lo que San Juan Pablo II decía de ellas en un contexto de oración y gratitud: ‘La Iglesia desea dar gracias a la Santísima Trinidad por el ‘misterio de la mujer’ y por cada mujer, por lo que constituye la medida eterna de su dignidad femenina, por las ‘maravillas de Dios’, que en la historia de la humanidad se han realizado en ella y por ella’. Que este día nos sirva para tomar conciencia como testigos y promotores de su dignidad y defensa de sus derechos, en una sociedad que no siempre las ha considerado y cuidado”.
Mons. Santiago Olivera (Cruz del Eje): “La mujer siempre está en momentos de dificultad, de dolor. A veces, en momentos de conflicto en nuestras familias, la que ayuda, la que media, la que va buscando encuentros y puentes, es la mujer. Cuando a veces, tristemente, el matrimonio se rompe, son las mujeres, generalmente y casi siempre, las que tienen que conducir y llevar la casa y sus hijos. Por eso damos gracias a Dios por este sexo fuerte, por estas mujeres fuertes que tanto bien hacen a nuestras comunidades, a nuestras casas”.
Mons. Sergio Buenanueva (San Francisco): “¡Qué sensibilidad de Jesús hacia las mujeres! El reino es como una mujer que teje, echa levadura, se alegra por una monedita. Evangelio puro. ¿Cómo trata Jesús a las mujeres? Con normalidad. Iguales pero portadoras de algo único y especial. Es evangélicamente revolucionario”.
Mons. Ernesto Giobando SJ (auxiliar de Buenos Aires): “Tenemos en Mama Antula un ejemplo de mujer de hace 200 años. Parece algo del pasado, de la historia, pero basta ver su vida, sus palabras, sus escritos para darnos cuenta de lo grandiosa que fue. Lo importante que fue para nuestro país esa mujer que buscaba a miembros de la Junta de Mayo para que hicieran los ejercicios, que invitaba a las señoras criollas a que, cuando hacían los ejercicios, ellas mismas les sirvieran las mesas a sus sirvientas como un ejemplo de equidad, de fortaleza y un ejemplo muy actual”.+
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