El encuentro fue en el colegio San Luis, de la ciudad de Pando, Uruguay, y tuvo como tema “El Evangelio de la alegría impulsa a la misión”.
Durante la mañana se escucharon ponencias que centraron la mirada en torno a la alegría de Cristo resucitado y de las Bienaventuranzas; el discípulo misionero como profeta y testigo de Cristo y los ámbitos, prioridades y tareas de la misión en América. Las ponencias estuvieron a cargo de catedráticos de Italia, Bolivia, México y Brasil.
Por la tarde hubo trabajos en grupos en torno a las ponencias presentadas y la realización de diversos foros temáticos con el fin de generar insumos para la elaboración del material de trabajo para el Congreso Americano Misionero. Estos ámbitos presentaron la dimensión misionera en la ecología, familia, educación, catequesis, nuevas formas de cooperación y el papel de las Obras Misionales Pontificias (OMP) en las iglesias locales.
Delegados argentinos
La delegación argentina estuvo conformada por cuatro participantes: el presbítero Dante De Sanzzi, director nacional de OMP Argentina; el presbítero Pedro Brassesco, secretario de la Comisión Episcopal de Misiones de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) y secretario general de la Pontificia Unión Misional, que tuvo a su cargo el foro Familia y Misión; la Hermana Sandra Manzantti, de la congregación de las Hermanas Misioneras Nuestra Señora de los Apóstoles, secretaria nacional de la Infancia y Adolescencia Misionera (IAM) y Paola Vacaflor, integrante del equipo "ad gentes" de la diócesis de Jujuy.
Entre las cuestiones planteadas en las conclusiones se recordó que “en la tarea evangelizadora es importante que el misionero, desde su conocimiento y experiencia personal con Jesús, comparta su alegría y ofrezca oportunidades para que los destinatarios puedan vivir ese encuentro que lleva a la conversión. Junto con la experiencia personal, los discípulos deben formarse pastoral y teológicamente para anunciar en plenitud la persona y mensaje de Jesús”.
También se agregó que “es necesario mantener vivo el espíritu misionero y el desafío de una Iglesia en estado de misión planteado en Aparecida que nos invitó a la conversión pastoral, a un cambio de mentalidad y de corazón, a ‘desinstalarse’ de comodidades”.
“La nueva Evangelización implica también mantener vivo el ardor misionero, renovar los métodos y expresiones al servicio del anuncio del Evangelio de Jesús en el mundo marcado por el secularismo y relativismo. La acción evangelizadora implica también mantener vivo el ardor misionero, renovar los métodos y expresiones al servicio del anuncio del Evangelio de Jesús en el mundo marcado por el secularismo y relativismo”, concluyeron.
Los Simposios Internacionales son etapas importantes en el camino de preparación a los congresos y se constituyen en momentos privilegiados para la reflexión y enriquecimiento mutuo desde distintos conocimientos y experiencias, iluminados por la luz del Evangelio.+
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