Los franciscanos piden ayuda internacional para crear zonas de seguridad en Siria
En el espíritu del santo de Asís, un “profeta de la paz”, los religiosos ruegan que “inspire a los políticos y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad”, para lograr un cese inmediato del uso de las armas, el cese de toda violencia y odio, la búsqueda de un camino hacia la paz, la reconciliación y el perdón.
En el mensaje, Fray Perry y Fray Patton agradecen al Papa “por la constante y atenta cercanía con la población siria”. Recuerdan que la ciudad de Alepo “está sufriendo de manera inenarrable tanto en la parte oriental como en la parte occidental”.
El ministro general y el Custodio de la Tierra Santa vuelven a lanzar la advertencia que pronunció hace apenas dos días el Pontífice: “Poner fin al conflicto también está en las manos del hombre, cada uno de nosotros puede y debe hacerse constructor de paz”, y piden una iniciativa concreta para detener la violencia.
“Pedimos que se hagan callar inmediatamente las armas y que se ponga fin al odio y a cualquier tipo de violencia —escriben—, para que se pueda encontrar verdaderamente y recorrer la vía de la paz, de la reconciliación y del perdón”.
Por este motivo, los religiosos invitan a la comunidad internacional a cambiar de dirección y a trabajar para que Alepo sea “una zona de seguridad, aplicando las mejores soluciones aprendidas en experiencias pasadas con el fin de garantizar la mayor colaboración” posible.
Según los franciscanos, crear una verdadera zona de seguridad en Alepo sería la premisa para crear otras en toda Siria. Zonas que, precisan, “deberían ser puestas bajo el control de las fuerzas de paz de la ONU, que operarían siguiendo el mandato del Consejo de Seguridad y con la absoluta cooperación de las diferentes partes involucradas en la guerra”.
Los franciscanos piden “a todos los países del mundo”, que sean “lo más generosos posible” en la acogida de los “refugiados sirios, en el absoluto respeto de las leyes nacionales y locales”, además de ofrecer “toda la asistencia necesaria para satisfacer las urgentes necesidades humanitarias y de seguridad en Siria”.
“Solo de esta manera —concluye la declaración conjunta—, dejando a un lado todos los intereses parciales, se podrá llegar verdaderamente a la conclusión de este conflicto devastador y se podrá volver a dar la certeza de hacer un verdadero camino de reconstrucción de la vida, de la dignidad y de la esperanza”.
Los padres franciscanos están presentes en el Medio Oriente desde hace 800 años y en Siria desde hace cuatro siglos. Todavía hoy, en dos diferentes conventos, la comunidad franciscana tiene cuatro frailes presentes en Alepo, la ciudad que se encuentra en el epicentro de la batalla más sangrienta y probablemente decisiva en el conflicto sirio.+
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