“Recuperar la alegría… Sabemos que en el camino de la fe viviremos situaciones angustiantes o quizás no tan esperadas. Es angosta la puerta por la cual se ingresa a la Vida y espacioso el camino que lleva a la perdición”, afirmó De Sanzzi.
Y continuó: “Lo cómodo, a veces ciertos placeres, lo fácil, nos lleva a estar en situaciones que luego son incómodas. A pesar de ello, estar en presencia del Señor llena de alegría al cristiano, porque solo Él puede saciar nuestras necesidades espirituales y nos asistirá en las cruces de todos los días”.
“La misión es responsabilidad de todos”, aseveró y añadió: “Y sin dudas el mayor desafío de aquellos que dedican su vida a la misión”. “El camino es en algunos momentos arduo y difícil, pero se asume una responsabilidad desde el bautismo y en el momento que escuchamos la llamada a ir más allá de nuestras fronteras geográficas”, recordó.
Asimismo, explicó que “se misiona yendo: ‘Id por todo el mundo y predicad el Evangelio’, es el pedido de Jesús a la Iglesia naciente; pero también la misión se realiza quedándose, es decir, en nuestros ambientes cotidianos. De estas meditaciones surge que a todos nos compete dar la Buena Noticia”, manifestó.
Luego, el presbítero aseguró que “tenemos que ayudarnos y ayudar al Padre en este camino”. En ese marco recordó que los días 8 y 9 de octubre, la Iglesia argentina celebrará “el ‘Domund’, que significa ‘Domingo Mundial’, y que se realiza por las misiones”. “La colecta anual y la oración universal por la tarea evangelizadora y por los misioneros esparcidos en los cinco continentes”, afirmó.
“La Jornada Mundial con su colecta imperada es motivo para ponernos en marcha. Nadie puede decir que no es su obligación. Claro que lo es. Y lo haremos bien, con alegría y responsabilidad, cuando descubramos el don de Dios y la promesa cumplida en aquellos que lo escuchan, lo siguen y le agradan”, invitó.
Además, con motivo del Año de la Misericordia, el presbítero De Sanzzi señaló que “la misericordia y la misión van juntas. Si hago un buen acto y ‘me quedo tranquilo’ por cumplir, no estará completo el objetivo. A la vez que misionar, por el simple hecho de ‘hacer’ algo, sin misericordia, no agrada a Dios”.
Finalmente, el sacerdote invitó “a sumarse a la Iglesia misionera”. “Tu colaboración, por mínima que sea, ayudará a saciar parte del hambre de la comunidad de hermanos que lo agradecerán con su oración. Es el hambre y sed de Dios la que hay que asistir en este tiempo difícil que nos toca vivir. Feliz mes de las misiones, con alegría y responsabilidad”, concluyó.+
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