“Estamos llegando ya al final del Jubileo de la Misericordia, convocado por el papa Francisco”, dice el obispo en la carta con la que efectuó la convocatoria. “Por este motivo -agrega, vuelvo a invitarlos a que vivamos estos días como un momento extraordinario de gracia y de renovación espiritual a través de la Reconciliación en todos sus aspectos y la práctica de las obras de misericordia corporales y espirituales”.
“Siguiendo el pedido del papa Francisco -expresa monseñor Frassia- tratamos de hacer más misericordiosa nuestra vida diocesana, en tantas iniciativas pastorales surgidas en parroquias, colegios, movimientos y grupos: noches de la caridad, misiones, visitas a los enfermos e impedidos, apoyo escolar, atención de adictos, acompañamiento a los que sufren en su cuerpo o en su alma, visita a los privados de libertad y en los diversos jubileos celebrados en la diócesis: de los sacerdotes, diáconos, seminaristas, religiosas, jóvenes, familias, catequistas, trabajadores, educadores, voluntarios de la misericordia como Caritas, Pastoral de la Salud, Pastoral de las Adicciones, Servicio Sacerdotal de Urgencia, Pastoral Penitenciaria, Voluntarios del Cottolengo, Fundación Di Pasquo”.
La celebración de la clausura del Año Jubilar se llevará a cabo el domingo 13 de noviembre a las 17 con la celebración de una Eucaristía en la catedral Nuestra Señora de la Asunción que presidirá el obispo.
Recuerdo del Año de la Misericordia
En respuesta al pedido del papa Francisco, que dijo “qué lindo sería que cada diócesis pueda dejar como recuerdo viviente una obra de misericordia para este año jubilar”, monseñor Frassia invitó a que, individualmente y como Iglesia diocesana, se haga una colecta los días 5 y 6 de noviembre en todas las parroquias, capillas, movimientos e instituciones de la diócesis, y en los colegios en el transcurso de esa semana.
El fruto de este gesto será entregado a la Fundación Monseñor Di Pasquo, y destinado principalmente a la reparación de los techos y la caldera del Hogar de Tránsito de hombres que viven en situación de calle. Esta ayuda permitirá que se pueda seguir brindando este servicio a los hermanos más pobres.
“Así como Dios es rico en misericordia con nosotros, los invito a cada uno, sacerdotes, diáconos, religiosos, religiosas y pueblo todo en sus diversas manifestaciones, a ser generosos e imitar en esto también a Cristo Jesús “quien siendo rico se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza”, concluyó el obispo de Avellaneda-Lanús.+
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