La Acción Católica se comprometió a redoblar los esfuerzos a favor de la vida
La declaración “Toda Vida Vale - Cerrando una semana difícil y dolorosa con esperanza” fue suscripta por el Consejo Nacional y el Grupo Vida de la institución.
“En toda circunstancia y siempre ¡primero la vida!, tras ese objetivo seguiremos buscando caminos de prevención, acompañamiento, cercanía, atención de las personas que atraviesan situaciones extremas o dolorosas”, sostuvieron.
“Seguiremos trabajando para que la política en la Argentina sea una herramienta al servicio del bien común y del desarrollo integral de las personas y sus derechos comenzando por la vida”, agregaron.
Tras subrayar que en esta nueva etapa del debate se insistirá “en proponer la madurez necesaria y la grandeza para resolver los problemas creativamente”, aseguraron: “Lo hacemos con la Iglesia y en la Iglesia pero conscientes de nuestra irrenunciable vocación laical de transformar el mundo desde el Evangelio”.
“La vida sigue clamando, por eso seguimos caminando, sin ostentación, desde dentro y a veces desapareciendo como la sal en la masa. Redoblaremos los esfuerzos porque sabemos que hay que sembrar oportuna e inoportunamente hasta que la tierra pueda madurar la semilla que cae. ¡Vale toda vida!”, concluyeron
Texto de la declaración
Ha sido una semana difícil y dolorosa. Intervalo entre semanas cargadas de mucho dinamismo misionero y otras que vendrán.
Las marchas desde marzo hasta la del día 13, fueron eslabones entre múltiples acciones de diálogo, propuesta, reflexión y oración. Tejer redes, acordar mensajes, debatir proyectos, analizar las leyes propuestas, mirarnos hacia adentro y mirar los signos de los tiempos en nuestros grupos, en la cultura y la política. Han sido semanas largas, tensas, centradas en el objetivo de proponer, promover y acompañar la vida de punta a punta pero en especial, la del niño por nacer y su madre.
Fueron muchas personas, instituciones, organizaciones y equipos trabajando. No todo se ve. Pero estuvo. Y ahí la Acción Católica se hizo presente activa y fraternalmente para compartir el trabajo y la acción.
Usamos todos los canales y cuando se cerraban o no se abrían, se buscaron otros con creativa conversión pastoral.
Se hizo mucho pero también se pudo y se puede hacer mucho más.
Salimos a la calle, pero también estuvimos en otros lugares necesarios.
No alcanzó y nos duele. Tampoco somos ingenuos y reconocemos que hay herramientas que no contamos y que no podemos usar ante la política, que muchas veces nos avergüenza poniéndole precio a los temas más sagrados. Allá ellos con su conciencia, si así actuaron.
Hubo también mucha generosidad y valentía. Mucho testimonio cristiano y cabal. De una sola pieza. La fe tiene consecuencias sociales y quienes desdoblan esa perspectiva, se equivocan. No somos quienes para juzgar, lo hará la historia.
Anima nuestro trabajo y nuestra esperanza la respuesta pronta y generosa de tantos y tantos miembros de la ACA en todo el país y de diversas organizaciones y movimientos, laicos que en el Pueblo de Dios, entendieron qué significa ponerse la Patria al hombro y salieron a proponer con pasión y respeto el cuidado de las dos vidas.
Seguiremos trabajando y redoblando los esfuerzos a favor de la vida.
En toda circunstancia y siempre ¡primero la Vida!, tras ese objetivo seguiremos buscando caminos de prevención, acompañamiento, cercanía, atención de las personas que atraviesan situaciones extremas o dolorosas.
Seguiremos trabajando para que la política en la Argentina sea una herramienta al servicio del Bien Común y del desarrollo integral de las personas y sus derechos comenzando por la Vida.
Comienza otra etapa del debate e insistiremos en proponer la madurez necesaria y la grandeza para resolver los problemas creativamente. Lo hacemos con la Iglesia y en la Iglesia pero conscientes de nuestra irrenunciable vocación laical de transformar el mundo desde el Evangelio.
¡Gracias a todos los que estuvieron donde tenían que estar! Redoblemos nuestro esfuerzo, animemos a otros ¡Seguiremos caminando juntos en lo que une y tenemos en común, enriqueciéndonos en la diversidad!
La vida sigue clamando, por eso seguimos caminando, sin ostentación, desde dentro y a veces desapareciendo como la sal en la masa. Redoblaremos los esfuerzos porque sabemos que hay que sembrar oportuna e inoportunamente hasta que la tierra pueda madurar la semilla que cae. ¡Vale toda vida!+
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