“Caminemos juntos en la audacia del Espíritu”: comenzó el primer sínodo marplatense

“Caminemos juntos en la audacia del Espíritu”: comenzó el primer sínodo marplatense

Mar del Plata (Buenos Aires) (AICA): En el marco de la 50º Invasión de Pueblos en la diócesis de Mar del Plata, el sábado 29 de septiembre, en el Estadio Polideportivo Islas Malvinas, con una misa multitudinaria, monseñor Gabriel Mestre, obispo de Mar del Plata, dio comienzo al Primer Sínodo Diocesano, con el lema “Caminemos juntos en la audacia del Espíritu”.
La diócesis de Mar del Plata celebró la 50º Invasión de Pueblos del 28 al 30 de septiembre. Jóvenes de toda la diócesis recorrieron con espíritu misionero la ciudad de Mar del Plata. En este contexto, el sábado 29 por la tarde, con una misa multitudinaria en el Estadio Polideportivo Islas Malvinas, monseñor Gabriel Mestre, obispo de Mar del Plata, presentó a la comunidad el Primer Sínodo Diocesano, que lleva por lema “Caminemos juntos en la audacia del Espíritu”.

Monseñor Mestre comenzó su homilía anunciando a la comunidad diocesana: “¡Hoy volvemos a celebrar Pentecostés!”, haciendo referencia a la “fiesta del Espíritu” y en acción de gracias por la iglesia “joven y misionera” que recorrió las calles de la ciudad marplatense durante la jornada del viernes y del sábado.

El obispo propuso tres puntos para reflexionar, que brotaron de los textos bíblicos del domingo y del lema que convoca al sínodo: “Invocar al Espíritu”, “El desafío de caminar juntos” y “La audacia del Espíritu”.


Invocar al Espíritu
Repitiendo las estrofas de la secuencia del Espíritu Santo, monseñor Mestre definió como “la actitud del verdadero creyente”, a aquel que sabe que su vida solo tiene sentido con la presencia del Espíritu Santo, “el que todo lo renueva”. Invocó al Espíritu Santo a que abra “los oídos para escuchar”, “los corazones para dialogar” y “las mentes para discernir”. Convocó la presencia del Espíritu a las parroquias, a las capillas, a las comunidades educativas, a los movimientos juveniles, a los grupos que se dedican a la evangelización, a la pastoral, y a todos los movimientos e instituciones que conforman la iglesia de Mar del Plata.

“Necesitamos que vengas, te invocamos Espíritu Santo. Necesitamos tu presencia en los momentos más luminosos de nuestra vida y, sobre todo, en los momentos de oscuridad. Invocamos hoy tu presencia aquí al comenzar decididamente nuestro camino sinodal. No habrá verdadero sínodo diocesano si no invocamos tu presencia…”, anunció y le pidió a la comunidad poner en primer lugar la invocación del Espíritu, “en todo momento de nuestra vida, en toda circunstancia”.

El desafío de caminar juntos
A pesar de que “no es fácil caminar juntos”, dijo el obispo marplatense, recordando las últimas “grietas” sociales, “una vez más necesitamos la presencia del Espíritu para asumir el gran desafío de la comunión y la participación en la vida de nuestra Iglesia”. “Necesitamos vivir la dinámica del ‘don’ y de la gratuidad que viene de Dios. Yo soy un don para ustedes y ustedes son un don para mí”, precisó a los presentes, y los invitó a mirar a la persona a su lado, a descubrirla como regalo.

“Hagamos, con la gracia de Dios, una Iglesia diocesana Sinodal que se lanza a la experiencia de caminar juntos en la audacia del Espíritu”, sostuvo. Luego les pidió a cada uno que en esta etapa pre-sinodal, sus respectivas comunidades, “se involucren para asumir el desafío, creciendo en comunión y participación”.

La audacia del Espíritu
“Vivimos en un tiempo complejo y contradictorio”, afirmó monseñor Mestre. “Percibimos a diario manifestaciones de la cultura de la muerte, situaciones de injusticia y marginación, alejamiento de Dios y pérdida de los valores fundamentales” completó. Ante esta realidad que “nos abruma, nos da miedo, nos desubica y paraliza”, propuso nuevamente convocar la presencia del Espíritu Santo.

“En medio de las dificultades y los temores, el Espíritu es quien nos da el valor de no quedarnos encerrados y salir al encuentro de todos”, mencionó. La “audacia” que nos da el Espíritu, supera la “tibieza” que no nos permite “salir a anunciar la Buena Noticia del Reino y comprometernos de manera particular en la defensa y cuidado de la vida de los más pobres, enfermos y sufrientes”, sentenció.


Compromiso hacia el Primer Sínodo Diocesano
Al finalizar su reflexión, invitó a los presentes a realizar un gesto: ponerse de pie y colocar la mano en el hombro de la persona de al lado. Con este contexto en el Estadio Polideportivo Islas Malvinas, el obispo de Mar del Plata les pidió que a cada propuesta repitan con viva voz: “¡Sí queremos!”. “¿Quieren comprometerse a iniciar el camino hacia el Primer Sínodo Diocesano, con un oído puesto en la Palabra de Dios y el otro en la realidad de nuestro pueblo?,” comenzó la primera propuesta. Y, al finalizar el gesto, monseñor Mestre concluyó: “Con el compromiso asumido por todos, doy inicio formal al camino que nos conducirá al Primer Sínodo Diocesano”.+

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