Francisco: El servicio es el antídoto contra la búsqueda de los primeros lugares
El Papa centró su reflexión en el pasaje evangélico que describe a Jesús tratando pacientemente de “corregir a sus discípulos convirtiéndolos de la mentalidad del mundo a la de Dios”. En ese sentido, llamó a convertirse para dar testimonio de una Iglesia que libre de mentalidad mundana, se inclina ante los más débiles para servirlos con amor y sencillez.
Recorriendo el relato evangélico, Francisco explica a través de los protagonistas, los discípulos Santiago y Juan, cuál es el verdadero camino que conduce al Cielo. El Papa relata que ellos, esperan ansiosamente que el Señor instaure el Reino de Dios y los siente, en su gloria, uno a la derecha y el otro a la izquierda, junto a Él.
El Señor sabe que Santiago y Juan, aun llenos de entusiasmo por la causa del Reino, están “contaminados por el espíritu del mundo”, señaló el Santo Padre. “Mientras ellos hablaban de ‘tronos de gloria’ sobre los que sentarse junto a Cristo Rey, advirtió Francisco, Él habla de un ‘cáliz’ para beber, de un ‘bautismo’ para recibir, es decir, de su pasión y muerte”. porque “ellos también, como los otros Apóstoles, participarán de su cruz, cuando llegue su hora”.
Jesús quiere enseñar a sus discípulos el camino del amor "en pérdida", a no pensar en el 'premio' del que se ocupará el Padre, indicó el Pontífice, y sostuvo: “El camino del amor es siempre ‘en pérdida’ porque amar significa dejar de lado el egoísmo, la autorreferencialidad, para servir a los demás”.
El mensaje del Señor es claro, evidenció el Papa: "Mientras los grandes de la Tierra construyen 'tronos' para su propio poder, Dios elige un trono incómodo, la cruz, desde la cual reinar dando su vida", y recordó que “el Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate de muchos".
Finalmente, Francisco afirmó que “el camino del servicio es el antídoto más eficaz contra el morbo de la búsqueda de los primeros lugares, es la medicina para los trepadores, esta búsqueda de los primeros puestos que contagia a muchos contextos humanos y no perdona ni siquiera a los cristianos, al pueblo de Dios, como tampoco a la jerarquía eclesiástica”. Y concluyendo su reflexión, instó a recibir este Evangelio como una “llamada a la conversión, a dar testimonio con valentía y generosidad de una Iglesia que se inclina a los pies de los últimos, para servirles con amor y sencillez”.+
Publicar un comentario