“Cada vez que celebramos la Eucaristía, en el momento de la consagración, cuando el sacerdote tiene en sus manos el cáliz, escuchamos estas solemnes palabras, palabras que fueron pronunciadas por Jesús la víspera de su pasión: Mi Sangre… derramada por ustedes y por muchos, para el perdón de los pecados. La Sangre preciosa de Jesús, que es su propia vida, entregada por nosotros. Sangre que ha borrado, expiado y perdonado nuestros pecados, reconciliándonos con Dios”, recordó.
Citando algunos pasajes de la Sagrada Escritura, el prelado expresó: “En Él hemos sido redimidos por su sangre y hemos recibido el perdón de los pecados”; “Por Él quiso reconciliar consigo todo lo que existe en la tierra y en el cielo, restableciendo la paz por la sangre de su cruz”; “Por eso Jesús, para santificar al pueblo con su sangre, padeció fuera de las puertas de la ciudad”; “Pero si caminamos en la luz, como Él mismo está en la luz, estamos en comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos purifica de todo pecado”; “Él nos amó y nos purificó de nuestros pecados, por medio de su sangre”.
“Ante esta toma de conciencia del valor de la Sangre de Cristo, no es de extrañar la advertencia que nos exhorta a la santidad: Ustedes saben que fueron rescatados de la vana conducta heredada de sus padres, no con bienes corruptibles, como el oro y la plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, el cordero sin mancha y sin defecto”, señaló.
En las vísperas de la celebración del misterio pascual de Jesucristo, “misterio central de nuestra fe”, el obispo anunció: “El Jueves Santo, conmemorando la Institución de la Eucaristía: pan y vino que, por la acción del Espíritu Santo, se convierten en el Cuerpo y la Sangre de Jesús, verdadero alimento y verdadera bebida del discípulo misionero de Jesús; y el Viernes Santo, recordaremos, unidos íntimamente a su Pasión, a Jesucristo, quien derramó su preciosa Sangre para el perdón de nuestros pecados”.
“Otras muchas actividades, Dios mediante, celebraremos este hermoso mes de abril, dedicado a los Pueblos Originarios. El Vía-Crucis Formoseño, la beatificación del Padre Obispo Enrique Angelelli y Compañeros Mártires Riojanos”, anticipó.
“Sinodalmente, nos encontraremos, un año más, en Asamblea el Clero y los Consagrados; y desde ahí, partiremos a Roma para realizar, junto al Sucesor de Pedro, quien preside la Iglesia en la caridad, la Visita ad Límina Apostolorum, para confirmar nuestra fe, la fe de la Iglesia que, tal como profesamos y rezamos en el Credo, es una, santa, católica y apostólica”, agregó.
“Progresemos en la santidad, y que la paz de Cristo Resucitado y el gozo del Espíritu Santo sean siempre nuestra esperanza, fortaleza y alegría. ¡Cristo vive!”, concluyó.+
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