Mons. Mestre: El camino hacia nuestro “lugar en el mundo”

Mons. Mestre: El camino hacia nuestro “lugar en el mundo”

Mar del Plata (Buenos Aires) (AICA): La “humildad” y la “gratuidad” son las dos virtudes que debemos cultivar para encontrar el “lugar en el mundo”, según explicó monseñor Gabriel Mestre, obispo de Mar del Plata, en su reflexión del Evangelio del domingo 1 de septiembre.
La “humildad” y la “gratuidad” son las dos virtudes que debemos cultivar para encontrar el “lugar en el mundo”, según explicó monseñor Gabriel Mestre, obispo de Mar del Plata, en su reflexión del Evangelio del domingo 1 de septiembre.

La auténtica humildad ante la tentación del orgullo y la soberbia
Los textos evangélicos del domingo orientan a buscar la humildad, pero ¿qué es la humildad? El prelado la describió como la grandeza de Dios, la modestia o “buscar el último lugar”, como explica el Evangelio. Y aclaró que no se debe confundir la humildad con la timidez, o con quien “no opina de nada y no confronta sus pensamientos”. Al contrario, la humildad es una virtud, “es andar en verdad”, afirmó monseñor Mestre citando a Santa Teresa de Jesús. “Es decir, asumir la propia verdad de la vida, en lo bueno y en lo malo, en lo más luminoso y en lo más oscuro también”.

La gratuidad en medio del cálculo y la búsqueda febril de recompensa
En el segundo punto, el obispo marplatense destacó que la raíz invitación-invitar figura 11 veces en el texto evangélico, la cual situó en el plano de la “gratuidad”. “Gratuidad es experimentar la alegría de la libertad de ser invitado y de invitar sin esperar en ambos casos nada a cambio. Gratuidad es don, regalo, generosidad, desinterés. Vivir la gratuidad implica superar la mezquindad, el mero cálculo en las relaciones interpersonales, la sola conveniencia particular, la búsqueda desesperada de recompensa, el ser interesados, la obsesión por los derechos individuales heridos que llevan a vivir reclamando constantemente todo… Vivir la gratuidad es salir de la tentación de la egolatría. Es superar el deseo de tener el propio yo siempre al centro y nada más. Gratuidad es sinónimo de desinterés, libertad, entrega, madurez, amor oblativo, amor de total entrega y donación”, describió el obispo.

Mi lugar en el mundo…
“Las dos virtudes que hemos visto, humildad y gratuidad, son el camino más claro para encontrar el lugar en el banquete”, dijo monseñor Mestre, finalmente. Saber “cuál será el lugar que Dios tiene reservado para cada uno de nosotros”, no será fácil, “pero estamos invitados a realizar un camino de discernimiento marcado por la humildad y la gratuidad”, para poder encontrarlo. Así “vamos a redescubrir constantemente nuestra identidad profunda y saber el lugar que realmente ocupamos en el banquete del Reino y en nuestra vida”.+

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